En las últimas horas han dado la vuelta a la prensa y las redes sociales imágenes de sobres con dinero que contienen el logo del Partido Socialista y que la formación de Pedro Sánchez enviaba al exsecretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, o a su sucesor, Santos Cerdán.

Se trata de una manera de dar billetes que, a ojos del PP y la extrema derecha de Vox es totalmente clandestina y forma parte de la corrupción de algunos exmiembros socialistas de la que el PSOE habría sido cómplice, pero la realidad es que pagos que entran dentro de lo esperable en política se efectúan de este modo.

El pago en efectivo, un habitual todavía en política

Por lo visto, todos los ministerios, así como el Senado, mantienen el efectivo como método a emplear para cubrir ciertos gastos. Si bien es verdad que algunos departamentos corren con los gastos que luego les reembolsan en sus cuentas bancarias. Sea como fuere, en los dos supuestos los responsables ministeriales tienen que presentar comprobantes y documentos que acrediten los diferentes costes.

En este sentido, cabe destacar que los equipos de los ministros disponen de un dinero de la caja para hacer frente a los pagos que pueda tener (cenas, taxis…) y que complementan el trabajo en el sitio al que han acudido.

En el caso del Senado, la Cámara Alta usa esta fórmula para pagar las dietas por desplazamientos tanto dentro como fuera de España y en el extranjero. De hecho, existe una cantidad cerrada para ello: 150 euros al día para los viajes internacionales y 120 para los nacionales.

El objetivo de que los senadores dispongan de monedas y billetes en sus viajes, explican fuentes parlamentarias a elDiario.es, es que los políticos tengan dinero en efectivo para desplazamientos que, en ocasiones, se hacen con poca antelación. Cada pago tiene un expediente económico y está autorizado por la Mesa del Senado y comunicado a la Agencia Tributaria.

En el caso de los senadores, no tienen que devolver el dinero si éste es superior al previsto, pero sí tienen que hacerlo los ministerios, que deben justificar los anticipos de caja posteriormente mientras que el montante que sobra se tiene que reingresar en la caja. Lo mismo pasa con las devoluciones a través de transferencia, que tienen que justificarse debidamente.

En la Cámara Alta no se aplica la normativa de blanqueo de capitales

En la Cámara Alta, eso sí, no se aplica la normativa en materia de prevención de blanqueo de capitales que estima un máximo de 1.000 euros para los pagos en efectivo al tratarse de una administración pública.

Depende también un poco del ministerio; el de Hacienda, por ejemplo, suelen priorizar la transferencia como método de pago, aunque la caja existe para algunos gastos que denominan “protocolarios”, y se utiliza.

En cualquier caso, en lo que respecta a la forma de pago, las imágenes con el sello socialistas de pagos a sus miembros investigados por corrupción no comprometerían en nada al partido, ya que es un modus operandi habitual en la administración pública que se utiliza asiduamente, según explica el propio PSOE. De hecho, las dos maneras de hacerlo -efectivo y transferencia bancaria, se llevan a cabo indistintamente, más allá de que en función de a quién se pregunte utilicen más un método que otro y pueda primar la tarjeta.

El dinero en metálico que se extrae de la caja se emplea sobre todo para gastos más pequeños que el desplazamiento en sí, que suele contratarse por una agencia de viajes, véase los traslados en taxi dentro de la ciudad o las dietas.

Los defensores de este método, que puede sonar las veces arcaico, justifican que es la manera de evitar dificultades en las cuentas bancarias, que pueden sufrir un pequeño o mayor roto dependiendo de la situación del momento.

Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes

Síguenos en Google Discover