El Pleno se reanudó en la Carrera de San Jerónimo con un emotivo homenaje a la figura de José Enrique Serrano, fallecido este martes a los 75 años. Pero tras los breves minutos de recuerdo al director de gabinete de los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se desataron las hostilidades. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, fue con todo, acusando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no sólo de parapetarse en el "búnker de los autócratas", sino también de destruir la democracia. Por su parte, el jefe del Ejecutivo buscó neutralizar el discurso incendiario de su adversario con datos, pero también desnaturalizando las acusaciones de "capo de mafia". "Con el álbum de fotos que tiene usted, señor Feijóo", replicaba con malicia el socialista.
El Partido Popular acudió a la sesión de control con las órdenes claras y bien aprendidas. Encendió el altavoz para ensordecer el debate puramente político y el primero en escenificarlo fue su líder. Alberto Núñez Feijóo disparó primero, recriminándole a Sánchez que llevara “43 días sin responder a nada ni a nadie”. “Ha estado encerrado en el búnker de los autócratas, mandando a sus ministros a responder por usted”, abundó el líder de la oposición, quien sugirió que todo esto ya lo anunció el presidente del Gobierno con la pregunta sobre “de quién depende la Fiscalía”. “La situación del Fiscal es inédita en democracia. No puede perseguir delitos quien presuntamente los ha cometido”, destaca. Por ello, pregunta al jefe del Ejecutivo sobre si va a cesar al fiscal general del Estado o, por el contrario, considera que “el Tribunal Supremo trabaja para ustedes”.
Una pregunta que no era la que estaba registrada. Sin embargo, Sánchez asume que el líder de la oposición se equivoca porque el Gobierno, entre la dicotomía “fiscales que persiguen a delincuentes o delincuentes”, siempre estará de parte de “los fiscales que persiguen a corruptos”. El presidente, replicando al interrogante que figuraba en el orden del día, sugiere que España necesita un Gobierno que se comporte como tal y no “una persona que se tire cuatro años enfurruñado” por no estar en la Moncloa.
Sánchez, a Feijóo: "Dice Feijóo que soy un capo, con el álbum de fotos que tiene. Habla de corrupción, cuando se puso al frente del PP para tapar la de Ayuso"
El jefe del Ejecutivo ha recurrido a lo que ya es un clásico de los cara a cara con el líder de la oposición: una retahíla de datos macroeconómicos para desconectar el altavoz del PP. De este modo, reivindica el incremento de afiliados a la Seguridad Social, las pensiones o la reducción del abandono escolar durante los “siete años de Gobierno progresista”. De este modo, Sánchez concluye que estos indicadores suponen el “mejor aval” para que la coalición agote la legislatura y gobierno “lo que quieran los españoles”.
En su réplica, Feijóo acusó a Sánchez de “querer destruir la Justicia” y la “separación de poderes”. Elevó el tono de su discurso tras ironizar con el “revelador silencio” del presidente al ser preguntado por el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. El líder de la oposición percutió en su ofensiva, calificando al dirigente socialista como “un peligro para España” cuya acción no hace sino “alterar la convivencia”, catalogando incluso de “trágica” la acción del Ejecutivo. Por ello, promete que le pararán los pies: “Les vamos a devolver de donde nunca debieron salir”.
Por su parte, el jefe del Ejecutivo vincula el proceder de Feijóo con el término psicológico de “acción de espejo”. Es decir, “reprochar al contrario lo que uno hace y el otro no”. “Dice Feijóo que soy un capo, con el álbum de fotos que tiene. Habla de corrupción, cuando se puso al frente del PP para tapar la de Ayuso. Habla de democracia y lleva dos años no aceptando al resultado de las elecciones. Y ayer le dijo a Mazón que buen trabajo. Eso es una falta de respeto a los valencianos”, remató el presidente del Gobierno.
Belarra, a por el gasto militar
“¿Hasta dónde piensa llegar con este rearme criminal impuesto por Donald Trump?”. Esta ha sido la pregunta que Ione Belarra le ha formulado al presidente del Gobierno en la sesión de control. Podemos, que ha sido de las fuerzas más vehementes del bloque de la investidura en revestir de importancia el caso Leire, ha optado por recuperar su principal ariete contra el Ejecutivo. Sin embargo, se ha topado con la brevedad de Sánchez en primer término: “Hasta ningún lado”.
La respuesta de Sánchez no contentó a una Belarra que recriminaba a Moncloa que “para ir a ningún lado” han llegado “demasiado lejos”. La líder de Podemos ha recordado el plan para aumentar el gasto en Defensa que aprobó el Ejecutivo hará unas semanas. 10.500 millones de euros que, a ojos de la dirigente morada, salen de “recortes” del gasto social. “Dinero público que tenía que haber ido a reforzar nuestros servicios públicos”, argumentaba, calificando de “locura” la cifra que ya la Alianza Atlántica pide incrementar hasta el 5% del PIB en la próxima cumbre de la OTAN.
“Nadie les votó para eso. Se lo voy a dejar muy claro. Absolutamente nadie les voto para eso. Si le hubiera dicho a la gente que esto es lo que iba a hacer, nunca podría haber formado gobierno”, remató la dirigente morada, al tiempo que exigía a Sánchez no firmar el compromiso de llegar al 5% del PIB el gasto militar porque es una “imposición de Donald Trump”. “Le faltan agallas para decirle que no”, remachó entre exigencias de que abandonara la “mentira” y la “manipulación” hacia su formación. Belarra se refiere a unas declaraciones del ideólogo morado, Pablo Iglesias, reprochándole que gobierna al dictado de Donald Trump.
Por su parte, Sánchez pide a Belarra que “no se ponga la venda antes de la herida” y le recuerda que era ella y otros miembros de Podemos los que se sentaban en el Consejo de Ministros cuando el Gobierno acometió un aumento del gasto militar. “No estamos aplicando ningún recorte”, precisa el jefe del Ejecutivo, que recuerda que “el enemigo de la paz en la comunidad internacional no es España, sino Netanyahu y personas como Putin”.