Durante una rueda de prensa este lunes con motivo de la crisis interna por la que atraviesa el Partido Socialista, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha retado a PP y Vox a que se atrevan a presentar una moción de censura contra él si están convencidos de que podría optar a una mayoría en el Congreso de los Diputados. Esto se produce después de que el líder socialista afirmara el pasado jueves que no se produciría un adelanto electoral tras la dimisión del secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán.

“Si me permiten un consejo, que tanto el señor Feijóo como el señor Abascal presenten esa moción de censura cuanto antes. Porque después del verano a lo mejor empiezan a sucederse las resoluciones de muchas causas que tienen al PP pendientes y entonces se verá quienes son los delincuentes de verdad”, ha sentenciado Sánchez durante su comparecencia tras las ejecutiva del PSOE.

Pese al golpe recibido, Sánchez ha dejado claro que no contempla dimisiones en cadena ni un adelanto electoral. Rechaza que la situación justifique una marcha atrás en la hoja de ruta del Ejecutivo. “Sería una irresponsabilidad destruir todo lo logrado por una crítica mediática o una presión social”, ha afirmado, en una defensa cerrada de la continuidad del proyecto político progresista que encabeza desde 2018.“Mi deber como capitán es tomar el timón, capear esta tormenta y tomar las medidas necesarias para recuperar la confianza de los españoles en el PSOE”, ha asegurado el líder socialista.

Ataque a la oposición y defensa de la “agenda social”

Con un tono combativo, el líder socialista ha acusado a la oposición de recurrir a campañas de desgaste sin enfrentarse abiertamente al Gobierno. “Lo democrático no es hacer dimitir al rival con algunas verdades y muchas mentiras impulsadas por una coalición de lobbies oscuros, sino atreverse a utilizar una moción de censura”, ha lanzado.

No se ha quedado ahí. También ha reclamado al PP y a Vox que, si de verdad quieren tener “un mínimo de credibilidad” en la lucha contra la corrupción, empiecen por su propia casa. Les ha instado a exigir dimisiones en sus filas por “casos de financiación irregular o negligencias” en la gestión de catástrofes. En ese sentido, ha citado explícitamente a los presidentes autonómicos Isabel Díaz Ayuso y Carlos Mazón por su gestión durante las muertes en residencias durante la pandemia y por los fallecidos en la DANA.

Frente a lo que presenta como un cerco mediático y judicial, Sánchez ha insistido en que el PSOE es una organización “limpia” y que los errores individuales no van a enturbiar la labor del conjunto. “No hay dudas. El Gobierno de coalición va a continuar con la labor de avances sociales”, ha afirmado con contundencia.

Sánchez también ha vuelto a pedir perdón, como ya hizo la semana pasada, por haber confiado en Cerdán. No obstante, ha reivindicado que su llegada al poder supuso un antes y un después en la regeneración democrática. “En 2018 dimos un paso adelante contra la corrupción sistemática sembrada por el PP”, ha recordado, defendiendo que su administración ha impulsado medidas relevantes en materia de transparencia y rendición de cuentas.

La respuesta del PP: sin moción, pero con presión

La réplica del PP no se ha hecho esperar. Desde la sede de Génova, el portavoz nacional del partido, Borja Sémper, ha descartado por ahora la vía de la moción de censura, que considera un “balón de oxígeno para el sanchismo”. En su opinión, Sánchez ha optado por prolongar “una agonía lenta” que solo hará “más dolorosa su caída”.

Sémper ha reclamado que el presidente comparezca “esta misma semana” en el Pleno del Congreso para dar explicaciones. Además, ha dirigido un mensaje directo a los socios parlamentarios del PSOE: “Se les terminan las excusas y las vaguedades. Ya no hay lugar donde esconderse”. Según ha sostenido, esas formaciones deben “dejar de tapar la corrupción” si quieren mantener la credibilidad.

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