Se acabaron las vacaciones. Arranca el nuevo curso político en un marco de “parálisis” total. Alberto Núñez Feijóo exigió a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, un plazo de un mes para ahormar una mayoría que le catapulte a la Moncloa. Al PP no le salen las cuentas y en frente tiene al Partido Socialista, cuyo secretario general y presidente del Gobierno en funciones, ha arrancado el curso político presentando sus credenciales desde el Ateneo de Madrid. Pedro Sánchez pone fin al periodo estival con un mensaje orientado al horizonte más allá del 29 de septiembre, cuando se certifique el “fracaso” del candidato conservador en segunda votación. El mensaje del jefe del Ejecutivo ha sido claro: avanzar en “progreso y convivencia”. Es decir, pasos hacia delante en la conquista de derechos, la consolidación de las reformas de la legislatura pasada y el carpetazo final al conflicto catalán. Una defensa a ultranza de la reedición de la coalición con el apoyo externo de los nacionalismos periféricos, materializando la “realidad plurinacional” de España y con la vivienda como pilar fundamental en términos legislativos.

El presidente del Gobierno en funciones ha dado el pistoletazo de salida desde el Ateneo de Madrid, con un primer recuerdo a la “extraordinaria labor” de los servidores públicos en sus trabajos para mitigar al máximo los efectos de la DANA que asola a España desde este pasado fin de semana. Mensaje que ha acompasado con una llamada a que la ciudadanía mantenga la responsabilidad ante las consecuencias de las lluvias persistentes “por precaución”.

Reconocimiento a los trabajadores e introducción mediante, Sánchez ha ido directo al grano. El jefe del Ejecutivo ha iniciado su intervención con un recordatorio del éxito del pasado 23 de julio, cuando España “votó en libertad y de forma masiva”. Un “triunfo de la convivencia” frente a la “ola reaccionaria” que trufaba la cita electoral con “teorías conspiranoicas trumpistas, maldades, mentiras y manipulaciones”. En definitiva, a ojos del líder socialista, los ciudadanos mandaron un recado a quienes planteaban un “marco derogatorio” como respuesta al “progreso” de la última legislatura: “La sociedad ha demostrado que el avance de la ultraderecha no es inevitable”. No ha obviado la dificultad que ha entrañado, pero en un contexto de avance del “retroceso” en toda Europa, no ha escondido su orgullo ante su “fracaso”. “Hemos sido su dique de contención”, ha apostillado.

Sánchez: "La sociedad española ha demostrado que el avance de la ultraderecha no es inevitable”

Los dos pilares de Sánchez

Sánchez ha orbitado sobre esta idea para remarcar que España sigue liderando en Europa, esta vez en el combate frenético contra las “fuerzas reaccionarias”. En este sentido, ha remarcado que el planteamiento de la “simple destrucción” de la acción de Gobierno no puede comportar en definitiva un “proyecto político”. Frente a la “regresión” y los recortes sociales, España apostó por la necesidad de “avanzar juntos y seguir construyendo, gestionar nuestras diferencias de manera democrática”. Un prólogo que ha servido al jefe del Ejecutivo para presentar los dos pilares fundamentales de la próxima legislatura: “Progreso y convivencia”. Un mensaje con doble destinatario. Por un lado, al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a quien le afea su incomprensión del mandato de las urnas y de la realidad del país. Por otro, en cambio, a las formaciones independentistas, a quienes espera seducir para consolidar “cuatro años más” de avances sociales y enterrar desde el diálogo las fricciones territoriales heredadas.

En resumidas cuentas, cerrar heridas y unir sensibilidades para cristalizar la agenda progresista. Sánchez ha defendido la carpeta de acciones materializadas por el Ejecutivo de coalición en la pasada legislatura, ensalzando la “valentía” de las mismas, pero admitiendo también el “riesgo” que éstas suponían. De hecho, el presidente del Gobierno admite y acepta que una parte de la sociedad española no las comprendiera. Pese a ello, ha refrendado su plena “constitucionalidad”, además de remarcar que han funcionado en la batalla por mitigar la desunión en Cataluña. “Es el momento de pasar página”, ha rematado.

Sánchez: "Es el momento de pasar página y hay que hacerlo cuanto antes"

Sánchez ha reconocido que aún queda “trabajo por hacer” en términos de cohesión social. El éxito de las fórmulas progresistas de sacar el conflicto catalán de los tribunales para devolverlo al terreno de la política reafirma las acciones a futuro del más que plausible ejecutivo de coalición. “Hay que insistir”, ha precisado el presidente en funciones, al tiempo que exhibía su optimismo de cara a las negociaciones con los independentistas catalanes y vascos. “Se puede, se debe y se va a realizar”, ha subrayado.

Pese a su seguridad, Sánchez no ha sido capaz de poner fecha para esa investidura. Todo está en manos del rey Felipe VI y de la consumación del “fracaso” de Alberto Núñez Feijóo, quien no ha entendido los mensajes recibidos. “Tendrá que ser a la tercera”, ha ironizado en alusión a la sesión de investidura que arrancará el próximo 26 de septiembre y concluirá el 29 con la derrota que evidencie el aislamiento parlamentario del candidato del Partido Popular. Contando con este escenario, ha prometido dar continuidad a la pasada legislatura “sin dilación” y remangarse tan pronto acabe este “tiempo inútil” con el que los conservadores han paralizado al país. No obstante, en cuanto reciba el encargo del jefe del Estado, ha prometido trabajar para consolidad la mayoría progresista.

Hoja de ruta

Más allá de los guiños a los nacionalismos catalán y vasco, sin mencionar expresamente la amnistía, el presidente en funciones presentó la que será la hoja de ruta del futuro Ejecutivo. Respaldado por toda la plana mayor del ala socialista del Gobierno, sin la presencia de los miembros de Sumar, ha deshojado la margarita programática. Un plan para ahondar en las reformas económicas, los servicios públicos, la transición ecológica y la puesta en marcha delascensor social”, sin olvidar los trabajos para alcanzar la “igualdad efectiva entre hombres y mujeres”.

Ya este pasado sábado, en un acto de partido en Málaga, Sánchez dio algunas pinceladas de la futura acción de su Gobierno, recordando su compromiso de situar el SMI en la órbita del 60% del salario medio, amén de su apuesta por la “reindustrialización” armónica del país. El ambicioso plan para actualizar el salario medio interprofesional, el plan del Ejecutivo pasa por su blindaje mediante modificaciones del Estatuto de los Trabajadores.

En cualquier caso, Sánchez ha puesto la primera piedra de su candidatura a la reelección en una sesión de investidura. Trufando de guiños su discurso, el jefe del Ejecutivo ha pedido paso, apremiando al PP su maniobra “dilatoria”, que responde a los “intereses partidistas” de su líder, cuyo proyecto descansa sobre extravagancias como la propuesta de facilitar dos años de legislatura para la posterior e inmediata convocatoria de elecciones generales. “Habrá más excentricidades. El mandato constitucional no se puede dividir en dos como si fuera una tarta”, ha remachado.