El curso político ya ha comenzado y de su mano ha llegado la primera sesión de control al Gobierno tras el parón estival, protagonizado por el habitual intercambio de reproches entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. La cita celebrada en el Congreso de los Diputados llegaba marcada por la asunción del discurso ayusista por parte del presidente del Partido Popular (PP), que ha centrado su intervención en la mujer del Ejecutivo, Begoña Gómez, que declara este miércoles en la causa del juez Peinado.

Prometió ejemplaridad cuando llegó”, ha iniciado Feijóo su intervención, antes de acusar a Sánchez de no cumplir con esta afirmación al respaldar al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, “bajo fianza y sentado en el banquillo del Tribunal Supremo; por supuestamente “autorizar a su número dos a tener una reunión en el aeropuerto de Madrid con la vicepresidenta del petróleo venezolano para hablar de negocios”; por no escuchar a la exmujer de Ábalos y “volver a incluir en las listas” al exsecretario de organización; y, por último, por “haber convertido la Moncloa en un centro de negocios con la mujer del presidente plurimputada”.

“Yo sé por dónde quiere ir y lo que pretende, pero no nos va a provocar”, ha reaccionado el presidente a la larga lista de acusaciones, defendiendo la “limpieza” de su Ejecutivo.  “Estamos haciendo lo que exigíamos”, prosiguiendo con una lista igual de larga. “Exigimos una política limpia y este Gobierno lo es; exigimos que estuviera comprometido con las causas sociales y esta semana el curso escolar comienza con 2.500 millones de euros destinados a becas; comprometido con el europeísmo y las causas del derechos internacional humanitario y está en el lado correcto de la historia, condenando el genocidio en Gaza”, ha contraatacado.

La cosas no se ha quedado ahí y, en la segunda parte del intercambio, el máximo responsable de Génova 13 ha recomendado a su interlocutor que “para repartir carnets de moralidad, renueve el suyo”. “La corrupción no se ha ido porque usted está aquí”, ha acusado. Asimismo, ha sumado el argumento que el Gobierno “no funciona, no tiene mayoría parlamentaria ni Presupuestos Generales del Estado (PGE)”. “Solo le mueve el miedo a los jueces por lo que saben, a los medios por lo que puedan publicar, a los socios por si le dejan caer y a que hablen las urnas”, ha zanjado, recuperando el discurso que pronunció desde Arganda del Rey, el día que no acudió a la inauguración del año judicial.

Sánchez ha salido al quite con la habitual batería de datos macroeconómicos de los que disfruta el país de un tiempo a esta parte. “Un país que representa el 40% del crecimiento de la zona euro y tiene 22 millones de personas ocupadas por primera vez en la historia, yo creo que es un país que funciona”, ha lanzado. El resto de la réplica ha servicio de contrataque al jefe del Ejecutivo, que ha acusado a Feijóo de, en tan solo diez días, “dar plantón institucional a jueces, fiscales y jefe del Estado utilizando una conversación privada y falsa con el rey; rechazar un pacto de Estado contra la emergencia climática, en plena ola de incendios; y de recurrir al insulto, “mimetizándose con la extrema derecha”.

Abascal se suma con su argumentario racista

El líder de la extrema derecha, Santiago Abascal, ha querido sumarse a la vuelta al cole de los políticos y, como acostumbra, ha pronunciado una larga retahíla de argumentos racistas y ha abandonado el hemiciclo, renunciando a seguir trabajando. “¿Cuánto dinero se gasta en subvencionar y mantener la inmigración ilegal?”, ha preguntado el mandatario de Vox, que hace escasas semanas llamaba a hundir el Open Arms, en su línea de relacionar inmigración con delincuencia, aludiendo a la muerte de mujeres que luego niegan, y poniendo una diana en la espalda de menores.

La violencia machista que ustedes niegan, independientemente de que la cometa un extranjero o un nacional, cuenta con la firme condena del Gobierno y de la gran mayoría de la ciudadanía”, ha respondido Sánchez, que le ha recordado Abascal su relación económica con otros países. “Usted no odia a los extranjeros, es un discurso interesado, porque en el mes de julio recibió una subvención de un banco húngaro al cual usted no hace ningún tipo de ascos”, ha cargado, dilucidando que la máxima pretensión de los ultras para el país es “la pobreza”.   

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