“Eso no es verdad” y “eso es mentira”. Estas han sido las frases que más se han escuchado durante el primer y único cara a cara que han protagonizado Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo a menos de dos semanas para las decisivas elecciones generales del 23 de julio. Un debate al que los líderes de PSOE y PP han llegado con la idea de confrontar un modelo de país y que ha servido para comprobar que la realidad depende de los ojos del que mire. A lo largo de cien minutos, Sánchez y Feijóo han chocado constantemente en economía, política social e igualdad, pactos y gobernabilidad, y políticas de Estado. Cien minutos en los que Feijóo y Sánchez únicamente se han puesto de acuerdo en dos cosas: interrumpir a su adversario e ignorar la presencia y las advertencias de los moderadores (Ana Pastor y Vicente Vallés). Cien minutos en los que la tensión ha ido creciendo paulatinamente hasta que ha tocado techo cuando Feijóo ha intentado defenderse como ha podido por los recientes pactos alcanzados entre PP y Vox a lo largo y ancho de toda España.

Un debate en el que desde el principio la crispación ha sido la gran protagonista, con Sánchez y Feijóo afeándose datos radicalmente distintos a una velocidad de vértigo. Así, si el líder socialista aprovechaba el bloque de Economía para sacar pecho por la gestión del Gobierno (“estamos generando empleo como nunca”), su homólogo popular le acusaba de “faltar el respeto a los españoles”. “Usted ha sido el tercer presidente del Gobierno que menos empleo ha creado”, disparaba Feijóo. “Tenemos dos millones más de personas empleadas desde que soy presidente del Gobierno”, replicaba Sánchez. “Los precios han subido más que los salarios”, denunciaba Feijóo. “No es cierto”, lamentaba Sánchez.

Ante esta dinámica del ‘y tú más’, tan solo era cuestión de tiempo que los acuerdos de unos y otros salieran a la palestra. Y no hubo que esperar ni a que acabara el primer bloque para empezar a hablar de ERC, Bildu y Vox. Preguntados ambos por la vivienda, comenzaban los fuegos artificiales con Feijóo abriendo la lata y echando la cara a Sánchez que pactara la Ley de Vivienda con republicanos y abertzales. Unas críticas ante las que el líder socialista respondía con los acuerdos entre el PP y la ultraderecha: “Me molesta que ustedes gobiernen con Vox”. Eso sí, de vivienda poquita cosa.

Bajo este contexto, con Sánchez y Feijóo describiendo los datos económicos de dos Españas bien distintas, llegaba el bloque de Política social e Igualdad. Un segundo tiempo que Ana Pastor le dejaba al líder del PP empezar metiendo tierra de por medio con Vox después de que los ultras decidieran desmarcarse de la protesta que se ha producido este lunes en la Comunidad Valenciana tras el último crimen machista. Sin embargo, el gallego optaba por salirse por la tangente: “Solo sé que el PSOE ha votado con Vox para que el PP no gobierne en Murcia”. Así, sin reproche alguno a la actitud de los de Abascal y cía, Feijóo saltaba directamente a la ley del solo sí es sí: “Hay más 117 violadores excarcelados por usted. Hay más de 1.000 machistas violadores que han rebajados sus penas por usted. No dé lecciones con esto”.

Y nuevamente el cara a cara viraba en un cruce de declaraciones. Un error jurídico se corrige”, se defendía Sánchez, “pero una declaración machista u homófoba a sabiendas, eso no es un error, es otra cosa”, añadía. Y el líder del PSOE volvía a recurrir a los acuerdos entre la derecha y la extrema derecha: “Han tragado con eliminar concejalías y consejería de igualdad. Eso no es un error. Es una claudicación ante el machismo con estos vergonzosos acuerdos que está firmando con Vox”.

“Hemos empezando hablando de violencia de género”, recordaba desde la palestra Ana Pastor. Sin embargo, para entonces Feijóo y Sánchez ya se encontraban inmersos en una batalla dialéctica en la que no reconocían a moderador alguno.

Abascal, el elefante de la habitación

Para cuando el debate llegaba al bloque de los pactos y la gobernabilidad, Vox, ERC y Bildu ha habían salido a coalición más veces que los problemas en sanidad o vivienda, así que Sánchez y Feijóo simplemente se limitaban a seguir con sus estrategias. “Ustedes lo que han hecho ha sido un intercambio impúdico, obsceno, de votos por derechos, de principios por sillones”, afeaba Sánchez a Feijóo, recordándoles los números pactos alcanzados entre PP y Vox. Y Feijóo replicaba instando a Sánchez a dejar a Abascal fuera del debate y recordando a Miguel Ángel Blanco para exigir a su adversario un compromiso para no pactar con el “brazo político de los que planificaron” su asesinato. “Estamos hartos de lo cariñoso que es usted con Bildu y con ERC”, lamentaba.

Frente a estas críticas por los acuerdos con Bildu, Sánchez repasaba los perfiles de algunos de los cargos institucionales que Vox ha colocado en diferentes instituciones gracias al PP: “Gabriel Le Senne afirmó que las mujeres son más beligerantes porque no tienen pene. Un machista de libro. Juan García-Gallardo, hay que cuestionarse si el CO2 es contaminante. Un negacionista de Libro. Vicente Barrera, la violencia no tiene género. Por cierto bautizó su caballo como Caudillo. Todo un franquista”.

Y Feijóo, acorralado y consciente de que los acuerdos entre PP y Vox hacen daño a los populares, volvía a intentar sacar a los ultras del debate, llegando incluso a asegurar que Abascal no entrará en un hipotético gobierno suyo. “Si no necesito los votos”, apostillaba.

Para finalizar, el cuarto y último bloque, el de las políticas de Estado, las instituciones y la agenda internacional, volvía a dejar un cruce de declaraciones con ambos candidatos interrumpiendo al otro. Así, el turno lo empezaba Sánchez criticando a Feijóo por su falta de explicaciones sobre la remuneración que percibe del PP: “Estoy en condiciones de explicar hasta el último céntimo de euro de mi cuenta corriente, puedo explicar hasta el último de mis viajes. En mi móvil nunca verá un mensaje a un malhechor como ocurrió con Rajoy. No soy perfecto, pero soy un político limpio. ¿Por qué no publica sus sueldos, ingresos y sobresueldos?”.

Y Feijóo replicaba acusando a Sánchez de no “respetar la Constitución”: “De todos los presidentes del Gobierno, el que menos ha respetado la Constitución es usted”. En este momento, ya a escasos minutos del final del debate, hacia aparición otra de las grandes estrellas de la precampaña electoral: el Falcon. “Ustedes sacan siempre a pasear el Falcon. Es porque no tienen absolutamente nada que criticar. Existen en las Fuerzas Armadas el Grupo 45. Los primeros Falcon los adquirió el Gobierno de González. Pero realmente fue Aznar quien compró tres Falcon y no ha habido ninguna compra posterior. Bueno, ¡qué diría usted de mí si yo hubiese comprado tres Falcon por más de 70 millones de euros! Aznar viajó a las Azores en uno de esos aviones para declarar una guerra ilegal en Irak. Los presidentes, todos, hemos usado el Falcon”, sentenciaba Sánchez.