La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante la rueda de prensa posterior a la reunión hoy del Consejo de Ministros. EFE La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante la rueda de prensa posterior a la reunión hoy del Consejo de Ministros. EFE



Un día después de la huelga en educación que sacó a la calle a profesores, estudiantes y padres en todo el país, Soraya Sáenz de Santamaría ha rechazado que éste sea el motivo de la decisión del Gobierno de aplazar la propuesta de reforma educativa impulsada por el ministro Wert, que incluye, entre otros asuntos, la modificación de la enseñanza del catalán en las escuelas. Según la número dos del Ejecutivo, el retraso es debido a “observaciones pendientes”.

La próxima semana
En la rueda de prensa, tras el Consejo de Ministros de este viernes Sáenz de Santamaría ha alegado que “no elevamos al Consejo de Ministros ninguna ley que tenga observaciones sin resolver”, aunque ha advertido de que “será aprobada este mes de mayo igual que la ley de emprendedores". Según ha precisado, seguramente, la próxima semana, porque el Gobierno no renunciará en ningún caso a la reforma. "No he escuchado ningún argumento que justifique mantener un sistema educativo que no funciona", ha añadido.

El catalán, Religión, competencias autonómicas
El reciente dictamen del Consejo de Estado puso en duda numerosos puntos de la ley, sobre la existencia de una asignatura alternativa a la de Religión, sobre el reparto de competencias entre Gobierno y comunidades a la hora de confeccionar los contenidos escolares o la obligación de que en Cataluña si ofrezcan en la escuela clases en castellano a quienes lo pidan, si es necesario, pagando un colegio privado, informa EFE.

Sobre la enseñanza del catalán, la vicepresidenta ha insistido en que la ley velará porque “los padres puedan elegir", aunque no ha aclarado si se mantendrá esa obligación de la Administración de pagar un centro privado si fuera necesario.

La reforma de la Ley del Aborto
La número dos del Ejecutivo ha sido preguntada, también, sobre la reforma de la Ley del Aborto impulsada por Gallardón, en medio de una intensa polémica, también en el PP, por cuestiones como la eliminación del supuesto de malformaciones en el feto, que hace un año anunció el titular de Justicia.

El PP puso el freno de mano esta semana
Esta semana, el partido en el Gobierno, a través de su portavoz adjunto en el Congreso, Rafael Hernando, introdujo una nota discordante que puso en cuestión que se vaya a eliminar ese supuesto y calificó de “reflexión personal” el anuncio hecho por el ministro. Después, el primer portavoz en la Cámara Baja, Alfonso Alonso, reconoció que hay diferentes opiniones en el partido sobre este asunto.

Sáenz de Santamaría, en la misma línea mantenida por el PP en los últimos días, ha subrayado que “los elementos fundamentales son los que hemos mantenido siempre: respeto a la doctrina del Constitucional y cumplir el compromiso hacia la intervención de los padres en los abortos de mujeres menores de edad". Sus palabras, en cierta manera, desautorizan a Gallardón.

Pide sensibilidad en lo relativo al aborto
La número dos del Gobierno ha pedido que el debate sobre el aborto se aborde con "la necesaria sensibilidad" y ha pedido a todos que las declaraciones sobre este asunto se alejen del "trazo grueso". "En otros debates, uno puede permitirse ciertas cosas", pero ha señalado que a la hora de hablar del aborto "debemos ser todos muy rigurosos".

El martes pasado, en la mañana, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, comparó el aborto con el terrorismo de ETA, y durante la tarde, en el debate una moción socialista contra la reforma del aborto, una diputada popular aseguró que la mayoría de las mujeres que abortan no tienen formación, y que las interrupciones del embarazo son más entre las mujeres trabajadoras.