El rey Felipe VI saluda junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), al Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, donde se han reunido en el único despacho que ambos celebran este verano en la residencia de verano de la familia real. EFE



En diciembre del pasado año, el líder socialista, Pedro Sánchez, telefoneó a Mariano Rajoy para comunicarle que iba a solicitar en el Congreso de los Diputados la creación de una subcomisión parlamentaria para estudiar la reforma de la Constitución. La respuesta del presidente del Gobierno fue un no rotundo y, además, le advirtió de que una iniciativa tan importante como ésta no podía plantearse de manera unilateral. Él no veía razones para esta reforma. Ahora, sin embargo, Rajoy dice que  está dispuesto a estudiar, en la próxima legislatura, la reforma constitucional. A escasos meses de las elecciones generales y a las puertas de las catalanas, no es fortuito pensar que es un guiño electoral.

El ministro de Justicia lo adelantó
Tras su reunión con el Rey, en el Palacio de Marivent, Rajoy ha hecho su anuncio y ha adelantado ya que aceptará que se valore una reforma en puntos como la sucesión de la Corona y las competencias autonómicas, pero en ningún caso con los "parámetros" de los independentistas que quieren "liquidar la soberanía y la unidad de España".  Según ha dicho el presidente a los periodistas, en la reunión no han abordado las propuestas de reforma constitucional para retocar el sistema autonómico avanzadas por el ministro de Justicia, Rafael Catalá.

Dispuesto a cambiar el modelo de financiación
En clave electoral, Rajoy se ha mostrado asimismo abierto a cambiar también la próxima legislatura el actual modelo de financiación autonómica, que, según ha afirmado, "no es bueno" y fue aprobado en su día por el Gobierno socialista con el voto en contra de su partido, si bien ha advertido de que el nuevo sistema debe "procurar conciliar los intereses de todos".

Sobre la reforma de la Constitución, ha apuntado "cosas que se pueden hacer" para "aclarar" lo relativo a la sucesión de la Corona -en referencia a la actual prevalencia del varón sobre la mujer-, después de la "numerosa jurisprudencia del Tribunal Constitucional", y también para delimitar competencias entre las Comunidades Autónomas y las propias Cortes Generales.

"Los independentistas no se van a quedar contentos"
La prioridad de esta legislatura era "evitar la quiebra de España", pero, en la próxima, Rajoy no se niega a una reforma constitucional "con el consenso de una gran mayoría de partidos" y, para ello, se remite a las "claves" e "ideas" contenidas en el "magnífico" dictamen que redactó en su día el Consejo de Estado bajo la presidencia de Francisco Rubio Llorente. En todo caso, ha insistido en que una cosa es la reforma de la Constitución que está dispuesto a estudiar y otra es lo que defienden los independentistas catalanes, que "no se van a quedar contentos" con esa modificación de la Carta Magna porque lo que desean es "liquidar la soberanía" nacional.

La ley exige dos tercios del Parlamento
En este contexto, ha apelado a la necesidad de no "adelantar acontecimientos" sobre lo que hará su Gobierno según sea el resultado de las elecciones catalanas del 27S, si bien ha advertido de que "con un voto más no se puede iniciar ningún proceso hacia ninguna parte", ya que esa es "una decisión que corresponde a todos los españoles". Además de recordar que la ley exige dos tercios del Parlamento para modificar el estatuto de autonomía, Rajoy ha considerado inaceptable y antidemocrático que se obligue a los ciudadanos de Cataluña a elegir entre ser catalanes y ser "españoles y europeos".

Ha instado por tanto a los promotores de la independencia que lidera el presidente de la Generalitat, Artur Mas, a tener "un poco más de respeto por todos los ciudadanos" en lugar de defender una decisión que "no pueden tomar y lo saben", por lo que sólo consiguen generar "frustración" y "entorpecer la recuperación" económica.