El reconocimiento del catalán, euskera y gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea (UE) tendrá que esperar. Varios países han pospuesto hasta dentro de un mes la discusión al entender que el debate no ha avanzado los suficiente, existiendo todavía dudas legales, económicas y prácticas, como para tomar una decisión que debe contar con la unanimidad de los Veintisiete. La expansión de este sentimiento entre los miembros ha llegado, sobre todo, de la mano del Partido Popular Europeo (PPE) y desde España el señalado como principal responsable es Alberto Núñez Feijóo.
Las pretensiones de Junts per Catalunya y del resto de partidos independentista se frustran por el momento, aunque se ha evitado una derrota casi anunciada que se habría producido si las autoridades españolas no hubiesen retrocedido en el último momento. Y por una vez, la derecha catalana ha reconocido el papel y el empuje del Gobierno en esta materia y ha cargado duramente contra los conservadores por urdir una “conspiración”. Los ataques han llegado de la mano del que fuera president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, y lo han hecho a través de las redes sociales.
“¿Las leyes están para cumplirlas o eso sólo es para los catalanes?”, se ha preguntado el todavía fugado de la Justicia, a expensas de poder disfrutar de la ley de Amnistía. Esgrimiendo el argumento que la gran mayoría de representantes públicos utilizaron frente al referéndum de 2017 y la Declaración Unilateral de Independencia, Puigdemont ha instado a Feijóo a cumplir la totalidad de las leyes. “Lo digo porque existe una ley orgánica vigente, la del Estatut, que obliga a los gobiernos catalán y español a ‘emprender las acciones necesarias para el reconocimiento de la oficialidad del catalán en la Unión Europea", ha citado.
A continuación, el líder de Junts se ha preguntado si el proceder del Partido Popular en lo referido al reconocimiento de las lenguas cooficiales de España en Europa constituye una “apología de la desobediencia, de la rebelión o del delito de traición”. “Porque conspirar con terceros países para ir contra los intereses oficiales del Reino de España será de todo menos lealtad”, ha explicado su planteamiento. “Dicho esto, ya pueden descontar la cantidad que deseen del déficit fiscal, que aún nos adeudarán 20.000 millones de euros anuales”, ha zanjado su mensaje.
Críticas desde el Gobierno
El líder del PP ha optado por echar balones fuera y ha asegurado que su posición contraria a la adopción de la oficialidad de estas lenguas en Bruselas responde a “consideraciones legales y de oportunidad”. A la par, ha apelado a un "bilingüismo cordial", sin explicar muy bien que significa esto, y a tomar “precauciones”. Estas explicaciones tibias no han convencido al resto de formaciones, que han acusado al político gallego de maniobrar contra la oficialidad, principalmente desde los dos partidos que conforman el Ejecutivo.
"A estas alturas al señor Feijóo ya no le gusta el gallego”, ha lamentado la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. “Lo digo porque cuando era presidente de la Xunta de Galicia trabajó para que el gallego tuviese un uso absolutamente normalizado en las escuelas incluso para acceder a plazas de la administración pública", ha continuado. Sin embargo, la también ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes considera que esa posición ha cambiado “por completo” y el líder del PP “ya no está de acuerdo que se reconozca esa realidad plurilingüe de nuestro país" en Europa.
Asimismo, Alegría ha recordado que este año se cumplen 40 años de la firma del Tratado de Adhesión a la UE, efeméride que para el Ejecutivo representa “un momento y una fecha muy significativa para este reconocimiento" de lo que "es una realidad absolutamente cotidiana" como lo es el uso de las lenguas cooficiales. Desde Sumar también han criticado la posición “inaceptable” del PP, en palabras de Verónica Martínez.
"No es solo una política en contra del Gobierno, es una política en contra de la ciudadanía, en contra de España y en contra de nuestra Constitución”, ha trasladado la portavoz de la formación magenta en el Congreso de los Diputados, que considera que la formación se encuentra “sin rumbo". No obstante, esto no ha sorprendido en las filas de Sumar, desde donde han querido recordar las “políticas contra el gallego” desplegadas por Feijóo en su etapa en la Xunta, durante la cual se redujeron el número de hablantes.