El presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, y su homólogo de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, se han dado cita este jueves en Waterloo (Bélgica) para celebrar un conclave del que ha surgido el reencuentro del independentismo. Las supuestas diferencias ideológicas que se arrojan ambas formaciones a la cabeza han vuelto a desparecer y, como antaño, ambas han apostado por “tejer complicidades” para iniciar una “nueva etapa” que impulse de nuevo al independentismo, fin último y compartido de ambas fuerzas políticas.

La cita se ha celebrado en tierras belgas, debido a los problemas que aún mantiene Puigdemont con la justicia, ha vuelto a unir a las dos formaciones nacionalistas, que han acordado "iniciar una nueva etapa de relación que contribuya a recuperar la fuerza y la iniciativa del movimiento independentista" e impulsar espacios de trabajo coordinado. Junto a sus dos secretarios generales, Elisenda Alamany (ERC) y Jordi Turull (Junts), los dos líderes han coincidido en desarrollar espacios conjuntos para debatir las cuestiones que afectan al futuro nacional y el progreso social de Catalunya".

Primer paso para el reencuentro

Este encuentro es el primero desde que Puigdemont y Junqueras fueron nombrados presidentes de sus formaciones y estos han querido enmarcarlo “en la necesaria e imprescindible relación entre dos partidos independentistas que, a pesar de las diferencias, tienen muchos objetivos compartidos".  “Es imprescindible reforzar relaciones y volver a tejer complicidad con los partidos con los que compartimos objetivos y luchas. Sólo así afrontaremos todos los retos del país”, ha añadido el líder de ERC a través de sus redes sociales, más allá del comunicado conjunto.

Los dos dirigentes han subrayado la necesidad de “impulsar espacios de trabajo coordinado para debatir las cuestiones que afectan al futuro nacional y al progreso social de Cataluña en todos los ámbitos”. Al margen, creen fundamental cimentar una “nueva etapa de relación” que se enfoque hacia la resurrección de la “fuerza y la iniciativa” de un independentismo dormido en los últimos años. Así, este primer reencuentro tras los congresos de ambos partidos supone el primer paso para mantener una “relación fluida” con todo el mundo.

Junqueras se expresaba de tal modo a su llegada a la cita con su antiguo aliado: “Hablaremos con Junts como hablamos con otra gente, y hablaremos con la voluntad de construir los mejores acuerdos posibles en nuestro país”. Tras dos horas y media de encuentro en el domicilio de Puigdemont, ambos han salido en un vehículo con un número de matrícula que aludía de manera expresa al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Negociaciones con el PSOE

Esta cita, enfocada a la reconstrucción de los puentes del frente independentista, se encuadra en un contexto de tiranteces con el PSOE. Sendas fuerzas mantienen negociaciones abiertas con los socialistas. Por un lado, los republicanos rechazaron la mano tendida del president de la Generalitat, Salvador Illa, para discutir sobre los Presupuestos para el ejercicio 2025, mientras mandaban un mensaje en este mismo sentido al Palacio de La Moncloa.

Mientras tanto, los juntaires centraban la vista en la reunión de la Mesa del Congreso de los Diputados, que debatía sobre la proposición no de ley para instar a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. Cita que podía haber liquidado de manera definitiva el apoyo de los neoconvergentes al Ejecutivo en caso de veto del órgano rector a su iniciativa. Por el momento, aplazan la decisión final y conceden más tiempo para evitar el choque con los de Puigdemont.

Sobre la reunión con Junqueras y el estado de las relaciones con el PSOE hablará este viernes el líder de los convergentes en una rueda de prensa desde Bruselas. En cambio, el presidente de los republicanos ha apostado por una postura de prudencia y ha preferido no responder a muchas preguntas de los periodistas. El ex vicepresident de la Generalitat se ha limitado a replicar lo emitido en el comunicado conjunto, subrayando que es voluntad de la nueva dirección mantener una relación “fluida y educada” con todos los actores políticos que sea, a su vez, “lo más productiva posible en beneficio de Cataluña”.

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