El pasado 26 de octubre dos operarios murieron en un incendio en el pozo 4 de la M-30 madrileña, a la altura del Puente de Vallecas. Un informe de la Policía Municipal de Madrid para el juez que instruye el caso, recoge múltiples irregularidades en el sistema de control de incendios.

Las bombonas de nitrógeno, vacías; el compresor de aire, desconectado
El informe policial, al que ha tenido acceso El País, señala que el sistema de control de incendios eléctricos mediante agua nebulizada “no se activó por encontrarse fuera de servicio” y “las bombonas de nitrógeno” que deberían haber sofocado las llamas “estaban vacías y a su vez desconectadas”. Además, “faltaba a su vez el compresor de aire que necesita dicha instalación”.

La avería ya había sido detectada en enero
Lo escandaloso es que la avería no era reciente, según el informe de la Policía municipal. En inspecciones realizadas en enero y en junio de 2012 ya se habían detectado, pero la empresa responsable del mantenimiento de los túneles de la M-30, EMASA, no lo había resuelto, a pesar de haber recibido dos presupuestos para intentar corregirlo.

Alguien no autorizó las compras para resolver la avería
Una trabajadora, compañera de los fallecidos, declaró que “tanto el departamento de mantenimiento como el departamento de compras de EMESA buscan presupuestos, y eligen el más adecuado. Que hasta un importe de 3.000 euros lo autoriza el departamento de compras, pero para cuantías superiores se necesita autorización del director financiero y del director gerente, tal y como manifiesta este último en su declaración”.

La sala de control de la M-30 no activó la alarma
Sin embargo, no sólo falló la empresa de mantenimiento. La sala de control de la M-30 no activó ninguna alarma contra incendios cuando fue detectado el mismo por los servicios de emergencia, según se deduce en el escrito policial de las declaraciones del personal de EMESA y de los bomberos del Ayuntamiento de Madrid.

El mismo fallo en otro pozo
Los agentes encargados de la investigación pericial comprobaron los otros pozos de la M-30 para ver si cumplían con todos los requisitos exigidos para el control de incendios. Para su sorpresa, detectaron averías similares en el número 3, que es muy parecido al siniestrado. “Las bombonas de gas que se utilizan para el sistema de protección contra incendios mediante agua nebulizada se encontraban vacías, aunque conectadas, por lo que el día de la visita no estaba operativo.

El director de EMESA se limitó a responder, al ser preguntado por la Policía, que estas irregularidades que el sistema “está operativo después del siniestro".

Los operarios fallecidos pudieron intentar tapar las deficiencias
Interrogatorios a los servicios de emergencia y al personal de EMESA, incluidos en el caso y adelantados por la SER, apuntan a que los dos trabajadores fallecidos intentaron  "ocultar las deficiencias en el mantenimiento del sistema de protección de incendios". Los bomberos declararon que tuvieron que reiterar una y otra vez al personal de la empresa de mantenimiento que no entrara en la zona del incendio y llegaron a "zarandear" a uno de los operarios  fallecidos "ante su insistencia en desobedecer las órdenes".