El Partido Socialista pisa el acelerador. La foto del número tres del PSOE, Santos Cerdán, con el expresident de la Generalitat, Carles Pugidemont, en Bruselas supone el prólogo de un acuerdo inminente. Las negociaciones con Junts, según trasladan desde la formación, avanzan "en la buena dirección" y precisan que sus planes pasan por que la investidura pueda celebrarse la próxima semana y sin necesidad de una segunda votación. No obstante, antes de la celebración del pleno, barajan registrar en el Congreso de los Diputados la proposición de Ley de Amnistía en los próximos días. "A partir del domingo, cualquier día es bueno", señalan.

Una de las condiciones que Carles Puigdemont fijó en septiembre para apoyar la candidatura de Pedro Sánchez era registrar y aprobar la ley de amnistía antes de la coronación del jefe del Ejecutivo en funciones. Dicho y hecho. Al menos así lo transmiten voces de peso del Partido Socialista. En el marco de la jura de la Constitución de la princesa Leonor y un día después del encuentro con el dirigente neoconvergente, en el PSOE ya se baraja registrar la futura normativa antes del debate de investidura y que ésta cuente con la rúbrica de todos los Grupos Parlamentarios que conformarán el llamado “bloque progresista”. Es decir, PSOE, Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Junts, EH Bildu, PNV y BNG.

La reunión con Puigdemont ha provocado un acelerón en las negociaciones. Tras meses de estancamiento, los actores han pisado el acelerador ante el calor asfixiante del foco mediático. Un encuentro catalizador que, según relatan, que ha dado vida a las conversaciones. Tanto es así que en fueros socialistas no descaran que la normativa se registre incluso esta misma semana. Todo ello, mientras en Ferraz esperan que se desatasque la vía de ERC; otro puntal crucial para la unción de Sánchez. Los republicanos admiten que se han intensificado los encuentros bilaterales, aunque afean al PSOE que quedan muchos flecos por pulir; especialmente en el apartado económico del eventual acuerdo.

Desbloqueo de la investidura

En el PSOE consideran que este viernes, aprovechando la reunión de la Mesa, la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, anuncie la fecha del debate. Las estimaciones que manejan los socialistas es agendarlo para la próxima semana. De este modo, el órgano rector de la Cámara podría valorar la ley de amnistía en esta misma reunión del viernes y, así, acudir a la investidura con uno de los compromisos adquiridos con Junts tachados.

El acuerdo con los neoconvergentes allanaría el planning inicial de los socialistas, pues se produciría el efecto dominó para sellar los pactos con ERC, PNV, Bildu y BNG; sumando 178 votos a favor -179 en caso de seducir a Coalición Canaria- y superando la frontera de la absoluta sin necesidad de celebrar una segunda votación. No obstante, pese a ello, la fecha exacta aún está difuminada. “A partir del domingo, cualquier día es bueno”, señalan desde el Partido Socialista, aludiendo expresamente a la consulta a la militancia sobre los pactos de investidura. En resumen, optan por que el debate se celebre lo más pronto posible.

En cualquier caso, el PSOE ya ha movido ficha y habría trasladado a sus socios que su pretensión pasa por estampar la firma de todos los integrantes del bloque progresista en la proposición de ley. Entretanto, el compromiso de registrarla antes de la investidura, tal  y como acordaron con Junts, sigue firme e insisten desde Ferraz que se espera inminente.

Hacer de la necesidad virtud

El pasado sábado, Sánchez sentó doctrina, por primera vez, sobre la medida de gracia a los encausados por el procés independentista. El texto, según el secretario general socialista, es la “única vía” para formar Gobierno y frenar el avance de la extrema derecha, al tiempo que se siembra la semilla para el “reencuentro total” en Cataluña. “Están listos”, apostilló ante el Comité Federal. En paralelo, lamentaba que, a pesar de su “empeño”, sería imposible “cambiar la opinión de quienes creen que esto es una cuestión de necesidad de votos para la investidura” o de quienes se “enrocaron en 2017 con la retórica de la crispación y barricadas”.

“Ante esto, recordaré un dicho español que asegura que hay que hacer de la necesidad una virtud. Es la única vía para evitar un gobierno del PP y de Vox, que nos haría retroceder décadas, que traería de nuevo la tensión y retomaría el rumbo de colisión entre Cataluña y el conjunto de España”, apuntó el jefe del Ejecutivo en funciones en las primeras píldoras del argumentario socialista. Esgrimió que el PSOE no es el PP, enfatizando el poder de las bases en los procesos orgánicos. “Este partido pertenece a su militancia”, deslizó antes de desgranar la margarita de la consulta sobre el acuerdo suscrito con Sumar.