Iván Redondo lanza un aviso claro al PSOE y al Partido Popular: Ayuso y Vox podrían sumar 202 diputados si ésta se presentara como candidata conservadora a la Presidencia del Gobierno. El que fuera gurú de Pedro Sánchez en Moncloa hasta este mismo verano cree que “no sucederá” tal cosa porque no va a ser la elegida, pero cree que los de Pablo Casado no la “desaprovecharán” porque sería “darse un tiro en el pie”.

En su artículo en La Vanguardia, Iván Redondo dibuja una realidad paralela en la que Pablo Casado no existiera y la candidata del Partido Popular a las elecciones generales fuera la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Aclara que lo que “no se mide” no le interesa, pero plantea y lanza el juego: “Hoy, aquí y ahora, el mapa de España se teñiría ampliamente de azul, ganaría el PP en 42 de las 52 provincias”.

Redondo aclara que “no es fácil distinguir la señal frente a tanto ruido”, defiende a los “estrategas” frente a los profanos, carentes de fe. Sobre estos recuerda que conforman un grupo de personas que son “los mismos que decían que Sánchez nunca ganaría las primarias” y los que “no vieron venir” la Operación Illa. “Por lo tanto, primero investigación y luego ideología”, adereza.

Hace énfasis en el “contexto”, cariátide de cualquier análisis de situación, y estima que “estamos en un acto instituyente” tras la pandemia del coronavirus. “Los conservadores lo han comprendido y su giro restaurativo en España va a más”, detalla Redondo, quien recuerda cómo los populares ganan cada día “la batalla cultural”, como ya hicieran en 2011 tras el 15M.

Ayuso “rompió la ventana de Overton”, pero también lo hizo Vox. Es precisamente por esto por lo que Ayuso obtendría, en conjunto con la formación ultraderechista, los “mismos escaños que Felipe Gónzalez obtuvo en 1982”. Es decir, 202 parlamentarios.

¿Por qué a Iván Redondo le salen estos números? El exgurú de Sánchez recurre a datos demoscópicos de “esta misma semana”, concretamente de la valoración de líderes, que dejaba a Yolanda Díaz como mejor valorada con una nota del 4,7.  Pero no estaría sola en esa primera plaza, sino que la compartiría con Ayuso gracias al aprobado que los votantes de PP (7,9), Vox (7,2) y Ciudadanos (6,4) le otorgan. A estos habría que sumarle un sustancial 3,4 que obtiene del electorado socialista, llamativo si se tiene en cuenta que los votantes conservadores puntúan a Sánchez con un 1,7.

Una “primera señal de expectativa” que se pone de relieve junto a la equivalencia con Pablo Casado en la misma serie: 6,2 entre los votantes del PP (1,7 menos), 4 en Vox (3,2 menos), 3,9 en Ciudadanos (2,5 menos) o 2,8 en PSOE (0,8 menos).

“Madrid no es España, pero se le parece, al menos para la derecha”, escribe Iván Redondo, al tiempo que le otorga a Ayuso un 35% de los votos. Es decir, ocho millones de votos (750.000 originales de PSOE) sazonados con los 48 parlamentarios que aportaría Vox, en un escenario sin Ciudadanos en la Cámara Baja.

En frente, Ayuso tendría a un PSOE que se precipitaría hasta los 82 escaños (21%) y cinco millones de papeletas en su haber. Una situación inasumible para una izquierda que vería como la derecha se lanza hasta los 12 millones de votos y a una diferencia de cinco puntos entre Ayuso y Sánchez. Eso sí, sería en unos comicios sin la plataforma de Yolanda Díaz y con una participación que viraría en torno al 67%-.

Por último, Redondo explica que el tándem Ayuso-Vox obtendrían 202 escaños gracias a los 35 puntos y a la ley electoral. “En una campaña tan fragmentada los votos se maximizan tras superar el umbral 30%. Un ejemplo: Zapatero, en un mercado electoral bipartidista necesitó el 44% de los votos para obtener 164 y 169 escaños en 2004 y 2008; Suárez , sin embargo, los logró con el entorno del 34% en 1977 (165) y 1979 (168). Ayuso repetiría el movimiento y Vox lo completaría”, explica.

Pero la candidatura de Isabel Díaz Ayuso para la Moncloa “no sucederá”, al menos no existen visos de ello. Lo que sí supone es un “aviso” a navegantes socialistas y populares. Para el partido conservador, la advertencia es clara: “El hechizo de Ayuso en su electorado potencial es un activo indiscutible”, detalla Iván Redondo, quien celebra que “no hay mejor ticket” y cree que desaprovecharla por “intereses de aparato” es como “darse un tiro en el pie”.

Pero, ¿se puede vencer al movimiento Ayuso-Vox? Sí, claro. Así lo afirma en su artículo el propio Iván Redondo, quien alude a la Perestroika como salvavidas argumental y estratégico. No obstante, lo mollar resulta de la comprensión del fenómeno, así como “interiorizar una máxima”.

O están en los datos o están en la inopia”, advierte Redondo al tiempo que recuerda que la oposición “sólo tenía un 1% de posibilidades de voltear aquella elección, antes, durante y después”. Para ello “hay que entrar en su mundo”, comenzando por admitir (e identificar) que el éxito de la jefa del Ejecutivo regional se debe a “Isabel Díaz Ayuso”. Es decir, una persona y el resto de un equipo profesional, porque "en política se juega en equipo".