La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, vuelve a marcar el paso al PP y a Feijóo que, otra vez, compran el discurso de la líder regional, quién sabe si ante el temor a quedarse rezagados. En la presente ocasión guarda relación con las palabras de la responsable de Sol, que se enmarcan en un contexto completamente racista, ya que relaciona, como hacen otros partidos como Vox o Junts, la inmigración con los delitos sexuales sin aportar prueba ninguna.

El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, ha respondido a unas acusaciones que han causado mucho revuelo en las últimas horas desde que Ayuso las pronunciara el pasado miércoles. Por el momento, nadie en los populares había salido al paso, hasta este viernes, cuando el político ha amparado de lleno las controvertidas declaraciones, señalando que en Génova están “absolutamente de acuerdo y alineados con la posición de la presidenta”.

"Por la noche" y "de tapadillo"

La líder madrileña aprovechaba esta semana la llegada de 1.200 inmigrantes al cuartel Primo de Rivera de Alcalá de Henares desde Canarias, trasladados por el Gobierno Central ante la situación que se vive en las islas. La responsable regional se centró en ello durante una visita a la ciudad madrileña para señalar que “ya se han producido reyertas” y “se están investigando agresiones sexuales” a mujeres del municipio, en un ejercicio evidente de relacionar criminalidad con migración.

En su particular cruzada contra el Ejecutivo, la líder regional exigió a Moncloa un plan que fuera capaz de “suministrar servicios públicos y atención” ante la “tremenda oleada de personas que utiliza Canarias como puerta de entrada” al continente, en lugar de enviarlos “por la noche” y “de tapadillo”, como dice que hacen desde el Gobierno de Pedro Sánchez. Pero las declaraciones no se terminaban aquí, ni dejaban en esta parte de dar rienda suelta a una connotación totalmente xenófoba: “Los vecinos de Alcalá tienen derecho a saber con qué personas conviven, y están preocupados por la imagen que pueden estar dando de su ciudad a los visitantes”.

Intenta matizar las palabras

La presidenta de Madrid intentó matizar estas, cuanto menos, desafortunadas declaraciones. Lo primero que hizo, tras las críticas de Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, fue devolverle la acusación por, según ella, mentir; ya que, en contra de lo que éste apuntaba, hay dos denuncias que “están investigando” la Policía y un juzgado por supuestas agresiones a mujeres en Alcalá de Henares.

Aunque después intentó rebajar el tono asumiendo que “si los agresores son vecinos de Alcalá o de fuera lo tiene que determinar un juez”. Acto seguido, ha ironizado diciendo que los testimonios de las mujeres apuntan a que son personas migrantes y “ahora parece que no importa el ‘hermana, yo sí te creo”. “Hay que investigar sin más, y es algo que no me corresponde a mí”, terminó limitándose a señalar.

En la misma línea, Ayuso trató, con poco éxito, de mejorar su imagen respecto de la inmigración, pero lo hizo sin dejar de señalar al Gobierno de Sánchez que, asegura, “pretende que no se denuncie la situación inhumana en que han dejado a los migrantes” y “trata de dar vueltas a la verdad” para descalificarla.

El Gobierno lo tiene claro: “Es racismo”

El Ejecutivo Central, sin embargo, lo tiene muy claro: las palabras de Ayuso se corresponden con un comportamiento racista. “Creo que es absolutamente impresentable la criminalización de la inmigración que realizan ella y el PP. Está absolutamente injustificada y va en sentido contrario a nuestra propia historia y nuestra propia realidad como país”, dictaba, calificando de “disparate” la “criminalización” a las personas migrantes.

Además, Martín tumbó por completo los datos de la presidenta manteniendo que, “lamentablemente, en todas las ciudades de España y en Alcalá de Henares también, a lo largo del año se producen agresiones sexuales”, pero que “ninguna” de las que han ocurrido en esta ciudad ha estado vinculada a los migrantes que proceden del centro de Primo de Rivera.

Con las cifras encima de la mesa, el delegado del Gobierno expuso que en los nueve primeros meses de 2023 se produjeron hasta 41 agresiones sexuales y delitos contra la libertad sexual en la localidad. Por aquel entonces el centro de acogida de migrantes estaba cerrado. Así las cosas, destacaba que en ese momento “no escuchó la preocupación de nadie” y se reafirmaba en que la denuncia a la que hacía alusión Ayuso “no está en absoluto vinculada a los migrantes procedentes e Canarias y que ahora mismo están en el centro de primera acogida”, siempre refiriéndose a los números de la Policía.

“Mentir a sabiendas para vincular las agresiones sexuales, la inseguridad a la migración y a ese colectivo de migrantes, me parece que tiene un nombre. Creo que cualquiera que analice esta cuestión llega rápidamente a la conclusión. Es racismo”, resumía.

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