La gente muchas veces prefiere no trabajar. Con estas polémicas declaraciones afrontaba esta semana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el problema de la vivienda en la región. Lo hacía durante un desayuno informativo en Europa Press en el que se refirió al informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España que apunta a las serias dificultades que tienen los jóvenes para poder emanciparse de casa de sus padres.

Gracias por ser esclavos el domingo

Este viernes, durante una visita a los plataforma logística de la sociedad cooperativa Covirán en Coslada, la líder regional ha defendido su concepción del trabajo y el esfuerzo al asegurar que “un país como el nuestro se levanta gracias a la gente que madruga, que ha estado aquí muy pronto por las mañanas, que se ha acostado bien tarde… Muchos empleados que vendrán este domingo a trabajar”.

Cruzada contra el Ejecutivo Central

Da igual la intervención que Ayuso haga, y es que en cualquiera de ellas carga contra el presidente del Gobierno y su equipo por “agobiar a los comercios con trabas burocráticas, nuevos impuestos, cambios totalmente confiscatorios por parte de los caprichos políticos”. “Hay que estar del lado de las personas que acumulan facturas, noches sin dormir, y que lo que necesita es apoyo o, al menos, no estar presentes; pero no estar todo el día machacándoles”.

Para la presidenta madrileña, su gestión es la “manera de crecer” y “dar confianza” para “crear más empresas”: “Ni señalar a los jueces, ni desprestigiarlos sirve para todo esto. Tratar a la Justicia como si fuera una república bananera expulsa la inversión, mata la creación de puestos de trabajo y no da confianza a las personas que pone el patrimonio de sus hijos en juego como hacen los empresarios (…) Por eso, las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno y de todo el consejo de ministros hacen un flaco favor a todo esto, sino que expulsan la inversión, como estamos viendo con la amnistía, los titulares, las cifras… tenemos que ser un país confiable, que diga a la inversión ‘trae aquí tus puestos de trabajo. Confía, porque somos un país serio y no vamos a meter nuestras manos políticas en las empresas (…) No estamos para tutelarlas, ni entrar en sus consejos de administración, ni para usar términos de topes y no topes”.

Balones fuera

Ante la dificultad de los jóvenes para acceder a una vivienda, la líder del PP en Madrid no aporta soluciones demasiado concretas para acabar con ello, más bien todo lo contrario. Así las cosas, la presidenta de la Comunidad sigue rechazando poner topes a los alquileres, “como hará Cataluña” y es que, para ella, el problema de los hogares afecta a “todo el país” y las soluciones planteadas por el Ejecutivo “han tensionado los precios en todas partes”.

En esa máxima que acostumbra a seguir de la política de cero autocrítica y contra todos, Ayuso se niega a aplicar las medidas de la Ley de Vivienda Estatal y culpa al resto de partidos asegurando que han contado con “los desarrollos urbanísticos bloqueados especialmente en el ayuntamiento con el anterior gobierno de Más Madrid y con Vox que bloqueaba los presupuestos”. Asimismo, y aunque asegura haber puesto “normativa para reducir la carga burocrática”, la presidenta madrileña reconoce que “hablamos de muchos años”.

La dirigente popular confía en algunas medidas que ha puesto en funcionamiento el Ejecutivo, como el plan Mi primera vivienda que, en la práctica, tampoco favorece a los que más lo necesitan. Y en todo este maremágnum, la lideresa regional asumía que “hay muchos sectores que se están quedando sin empleo cualificado porque la gente muchas veces prefiere no trabajar”: “Es muchas veces más rentable no hacerlo que hacerlo”, concluía.

La realidad de la vivienda en Madrid

Los datos son muy claros y muestran que, aunque un joven invirtiera el 100% de su sueldo en un alquiler, le sería imposible emanciparse en solitario.

El informe del observatorio de emancipación del Consejo de la juventud de España refleja que solo el 16% de los jóvenes de España están emancipados. Las cifras de Madrid pueden parecer halagüeñas, porque a mediados del año pasado era la cuarta comunidad autónoma (sin tener en cuenta a las ciudades autónomas) con mayor grado de emancipación residencial de los jóvenes. De hecho, la tasa de emancipación se situaba en el 17% -un punto por encima de la media- que en el resto de la geografía. Pero la realidad es que la emancipación solo es posible si compartes gastos con alguna persona.

El precio medio del alquiler subió un 9,2% y el de las habitaciones un 6% mientras que el salario medio de Madrid lo hizo en un 4,3% (casi dos puntos por debajo). Lo dicho, ni destinando el 100% del sueldo da para una vivienda en solitario, un porcentaje que, en el mejor de los casos baja casi al 36% para hacerse con una habitación. Por ello, las opciones de los madrileños pasan, en la inmensa mayoría de los casos, por recibir ayudas de los padres o compartir piso.