Partido Nacionalista Vasco y PSE volverán a gobernar, pero en esta ocasión con mayoría absoluta, después de que los jetzales hayan mejorado el resultado cosechado en los comicios de 2016 y hayan sumado tres escaños más (31). Por su parte, los socialistas han logrado añadir un nuevo representante y llegan hasta los 10 diputados, con lo que la suma entre ambos partido llega hasta 41, superando de manera holgada los 38 escaños necesarios para la mayoría absoluta. 

Unos comicios que han estado marcados por la pandemia del coronavirus, que ha hecho que decenas de miles de vascos hayan optado por no ir a votar. De hecho, la abstención ha sido de un 47%, cifra más alta de todas las elecciones autonómicas celebradas hasta ahora en el País Vasco.

"Yo respeto a quien haya votado y a quien no haya votado", ha asegurado el lehendakari Iñigo Urkullu, quien ha señalado que se ha demostrado que "había condiciones de seguridad" para ejercer el derecho de voto. Asimismo, ha indicado que el PNV ha hecho su trabajo estos pasados cuatro años al frente del Gobierno Vasco, y ha querido realizar una campaña "limpia", ofreciendo propuestas, pero ahora será el pueblo "el que decida". 

El otro gran vencedor en los comicios ha sido EH Bildu, que ha cosechado cuatro escaños más que en 2016 y ha alcanzado los 21¡2 diputados, su mejor cifra de la historia. 

En la otra cara de la moneda se encuentra Elkarrekin Podemos, que finalmente se queda con seis escaños, perdiendo de esta manera cinco representantes. Por su parte, el experimento de la coalición de Partido Popular y Ciudadanos ha acabado en un fracaso absoluto, puesto que la candidatura de Carlos Iturgaiz finalmente solo ha conseguido cinco escaños, perdiendo de esta manera cuatro diputados. 

Por último, los mejores augurios de Vox se han producido y han conseguido irrumpir en el Parlamento vasco con un escaño cosechado por Álava.