El revés electoral del PP vasco, que pasa de nueve a cinco escaños, ha supuesto un fracaso de la estrategia del líder del PP, Pablo Casado, que confiaba en que no se cumplieran los pronósticos de las encuestas de estas últimas semanas y que Vox no lograra representación en la Cámara de Vitoria, donde tendrá un diputado por Álava

Los resultados en el País Vasco han caído como un jarro de agua fría en 'Génova', dado que Casado se ha implicado de lleno en la campaña vasca desde el primer momento, cuando en febrero optó por sellar una coalición electoral con Cs --partido que nunca había logrado representación en Euskadi-- y sacrificar a Alfonso Alonso, que no estaba de acuerdo con el reparto de puestos de esa alianza.

En concreto, el PP+Cs retrocede de los nueve escaños que logró Alonso el 25 de septiembre de 2016 a cinco escaños (60.139 votos y el 6,76% de los votos)  -de los cuales uno pertenece a los naranjas- un resultado peor que el que sacó Jaime Mayor Oreja en 1990 con seis escaños y poco más de 83.000 votos. Si los 'populares' sacaron hace cuatro años algo más de 107.000 votos y Cs en torno a 21.000, ambos partidos se han dejado ahora por el camino casi 70.000 votos.

Los resultados logrados ahora por Iturgaiz, candidato a lehendakari de la coalición PP+Cs, distan mucho de los que logró en 1998 como candidato del Partido Popular, cuando logró ser segunda fuerza y obtener 16 asientos en la Cámara de Vitoria. Tres años más tarde, el exministro Jaime Mayor Oreja cosechaba el mejor resultado del PP con 19 escaños y 326.000 votos.

Los 'populares' no han podido ocultar su decepción con los resultados electorales en el País Vasco, no tanto por la caída del PP vasco, que era algo que esperaban en la cúpula del partido, sino por la entrada de Vox en la Cámara de Vitoria. El partido de Santiago Abascal logra por primera vez representación con un asiento por Álava, el principal caladero de votos del PP en el País Vasco.