El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, mantiene este viernes una importante reunión con las principales asociaciones agrarias de España en plena escalada de la tensión tras la tractorada frente al Parlamento Europeo, en Bruselas, el corte de las fronteras en Francia y Portugal y la repercusión en varias capitales de provincia españolas. De esta forma, el plenipotenciario en la materia escuchará las demandas del sector, buscando un remanso de paz que permita que la agitación no se contagie y frene su escalada.

Concretamente, Luis Planas se reúne con la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), quienes, de forma compartida, exigieron al ministro y al Gobierno en su conjunto “soluciones inmediatas” en un sector golpeado por la sequía, la invasión de Ucrania y los sobrecostes de producción.

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Asaja, COAG y UPA, de esta forma, hacen de la coordinación de sus demandas su principal arma. Un caballo de troya con el que buscan conseguir un “ambicioso” plan de choque que recoja medidas tanto a nivel europeo, como por parte del Gobierno de España y de las comunidades autónomas.

Por el momento, las protestas en España distan en su intensidad de las que se han podido apreciar en los países de nuestro entorno. De hecho, estas asociaciones mayoritarias, en su comunicado a los medios de comunicación, ya avisaron de que arrancarían paulatinamente desde un ámbito más regional a la espera de ver los nuevos acontecimientos. Además, entre sus principales demandas, también rubricadas en su nota de prensa, explicaron que reclamarán al ministro y a la UE la paralización de las negociaciones de acuerdos como el del Mercosur, la no ratificación del acuerdo con Nueva Zelanda y que se frenen las negociaciones con Chile, Kenia, México, India y Australia.

Por otro lado, Asaja, COAG y UPA reclamaron la modificación y ampliación de la Ley de la Cadena Agroalimentaria para prohibir las prácticas desleales para que los precios de los agricultores cubran los costes de producción.