Pablo Casado ha intensificado aún más su relación con el expresidente de Ciudadanos Albert Rivera y ha contratado de nuevo el bufete en el que trabaja para recurrir ante el Tribunal Constitucional la nueva Ley de Educación (LOMLOE), más conocida como 'Ley Celáa’.

Esta contratación se desvela horas después de que se conociese que Rivera mantiene abiertos varios canales de comunicación políticos: uno con Génova y otros con miembros del que fuera su partido. De este modo, el líder catalán estaría ejerciendo como una especie de sastre en la sombra para tejer los harapos del centro derecha.

El expresidente de Ciudadanos no está contento con la dirección que ha tomado el partido desde que Arrimadas asumió las riendas. Sin embargo, el sector de Arrimadas justifica la debacle en Cataluña con la herencia recibida. Es decir, precisamente por la gestión de Albert Rivera. Apuestan, en contra de lo deseado por Rivera, por mantener las siglas de Ciudadanos.

El contexto de la nueva contratación

Cabe recordar que Rivera se incorporó al despacho de abogados Martínez-Echevarría en marzo del año pasado y que se encargó también del recurso del PP ante el Constitucional de la ley catalana de alquileres aprobada por el Parlament en septiembre.

El PP vuelve por tanto a recurrir a Rivera para que interponga un recurso contra la reforma educativa promovida por el Gobierno de Pedro Sánchez. Pero ahora lo hace en un contexto muy diferente: en medio del debate político y mediático sobre la posible absorción del PP por Ciudadanos, sobre todo tras el hundimiento de los naranjas en las elecciones catalanas, 

A este respecto, fuentes señalan a Europa Press que el PP es "la casa común del centro-derecha" y recuerdan que Pablo Casado lleva meses haciendo hincapié en que su objetivo es que los votantes que se fueron a Cs y Vox "vuelvan al PP" y poner fin al cisma que vive la derecha española. 

El martes, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, exteriorizaba, por primera vez, la OPA del Partido Popular a Ciudadanos.