La Sesión de Investidura se libra en un voto. El 'no’ de Ana Oramas complica sobremanera el éxito de Pedro Sánchez, que sustenta sus opciones en un solo voto. El transfuguismo de un solo ‘sí’ haría que el candidato socialista saliera de un nuevo plebiscito de la Cámara sin los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno.

La campaña está siendo feroz. Además de los exabruptos vertidos desde la Cámara por la derecha, el juego subrepticio ha llegado para tratar de presionar a los diputados socialistas a realizar un Tamayazo como el que tuvo lugar en la Asamblea de Madrid después de que Esperanza Aguirre convenciera a dos diputados socialistas para que votaran en contra de Rafael Simancas, forzando así una repetición electoral que le devolvió la mayoría absoluta a la popular.

Así lo ha denunciado Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica en funciones: “A todos los que me habéis enviado mensajes pidiendo votar en contra, educados algunos, matones y groseros otros, quiero dejar claro: votaré sí precisamente por patriota, porque quiero lo mejor para mi país y mis conciudadanos, un proyecto inclusivo, respetuoso y de convivencia”.

Pero Ribera no ha sido la única que ha recibido estas amenazas.  “Pero ¿cómo puedes ser tan puta para apoyar la investidura de un traidor?” o “¿Dormirás tranquila si traicionas a tu país?” han sido las preguntas recibidas por email por parte de las diputadas Beatriz Corredor y Micaela Navarro.

Esta campaña de presión no simplemente está teniendo lugar desde el anonimato. Teodoro García Egea, secretario general del PP, ha preguntado directamente a Emiliano García Page en redes sociales qué opinión tiene de que su partido dependa de la abstención de ERC adjuntando un vídeo de la intervención en el Congreso de Gabriel Rufián.