El expresidente del Govern balear Jaume Matas ingresará en prisión para cumplir una pena de 9 meses de cárcel por tráfico de influencias después de que el Gobierno haya decidido hoy denegarle el indulto que había solicitado.

El Consejo de Ministros ha rechazado hoy varias peticiones de indulto que tenía pendientes, varias de ellas de gran relevancia mediática. Así, además de Matas, se han quedado sin medida de gracia el exjuez Baltasar Garzón, el líder de Nuevas Generaciones de Madrid, Ángel Carromero, el ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y el ex torero José María Ortega Cano.

Los discursos de Alemany
Aparte de su imputación en otras causas, Jaume Matas había sido condenado en firme por favorecer al periodista de El Mundo, Antonio Alemany, para que se beneficiase ilegalmente de fondos públicos a base de escribirle discursos.

Sin posibilidad de multa
Ahora, el expresidente balear deberá cumplir la orden de entrada en prisión que había quedado en suspensión a principios de año por parte de la Audiencia de Palma, a la espera de que el Gobierno se pronunciase sobre su petición de indulto. Ese mismo tribunal había rechazado conmutar su pena de cárcel por una multa al ser una condena de menos de dos años. Las causas alegadas fueron precisamente el alto número de procesos abiertos y la ausencia de muestras de arrepentimiento.

Nueve meses
La pieza procede del caso Palma Arena, a raíz de los sobrecostes, más del doble de lo presupuestado en la construcción del velódromo del mismo nombre. En principio, Matas fue condenado a seis años por la Audiencia, pero el Tribunal Supremo la rebajó a nueve meses, aunque Matas perdió ahí otra oportunidad de librarse.

Denegado por sus compañeros
Ahora, quien se la deniega es un Gobierno del Partido Popular, su propia formación. Y, además, el presidente, Mariano Rajoy, fue compañero de Consejo de Ministros en la época de José María Aznar, cuando Matas ejerció de ministro de Medio Ambiente. Hasta el estallido de sus escándalos, existía una muy buena relación entre ellos. Hasta el punto de que, cuando ya aspiraba a presidente del Gobierno, Rajoy llegó a decir que quería para España “un gobierno como el que preside Matas en Baleares”.