La situación de la sequía en Málaga está empezando a dejar consecuencias graves para los ciudadanos y a alcanzar puntos de muy difícil retorno. Los siete embalses de Málaga se encuentran al 27% de su capacidad, y el pantano de La Viñuela, conocido por ser el más grande de toda la provincia de Málaga y que abastece a la comarca de La Axarquía, se encuentra a menos del 9% de su capacidad. Unas cifras que ya son críticas y que han motivado la aplicación de restricciones de consumo, desde la Junta de Andalucía, en numerosos municipios de la comarca.

Desde hace varios meses, la Junta de Andalucía ha solicitado ayuda al gobierno para afrontar estas dificultades hídricas. Sin embargo, el Parlamento andaluz dio luz verde a la tramitación de la proposición de ley presentada por PP y Vox para ampliar los regadíos en Doñana, que legalizaba los cultivos en el entorno del parque nacional, a pesar de que se encontraban en estado crítico por la sobreexplotación acuífera y la sequía, y de que la UE amenazó con multar a España si se producían más riegos. Paralelamente llega el caso de Málaga, donde las competencias andaluzas están respondiendo ahora, con carácter de urgencia, a través de los Decretos de Sequía, que están poniendo entre la espada y la pared el acceso a algo tan básico para la vida humana como es el agua.

A raíz de este contexto, Junta y Gobierno central han puesto en marcha los trabajos técnicos para la construcción de una desaladora en la Axarquía malagueña. Una medida positiva, pero que llega tarde dadas las circunstancias. Desde la oposición andaluza han afeado el abandono de la Junta: "Tiene las competencias cuando las aguas transcurren íntegramente por sus respectivos territorios, como es este caso. Le pedimos que actúe ya, que sea ágil, se ponga a trabajar”, expresa la candidata del PSOE al Congreso por Málaga, Nieves Ramírez. "El Gobierno de España ha puesto sobre la mesa 100 millones de euros para construir una desaladora a pesar de que las competencias son de la Junta", añade. Una dicotomía surrealista en la que se legalizan regadíos para perpetuar las macroexplotaciones agrarias pese a la falta de disponibilidad del agua, mientras se establecen decretos que restringen su consumo en los municipios.

Récords negativos de capacidad y restricciones

La provincia de Málaga ha iniciado agosto con sus embalses al 27% de su capacidad. Las siete presas malagueñas suman, en la fecha en la que se publica este artículo, un volumen de 165 hectómetros cúbicos, la mitad de los cerca de 300 que almacenaban hace justo un año. Contexto que ha motivado las mencionadas restricciones, que ya afectan a uno de cada tres municipios de la provincia.

El pantano de La Viñuela es el protagonista del mayor drama hidrológico de la región. Pese a ser el de mayor capacidad de toda la red provincial con cerca de 164 hectómetros, ahora almacena apenas 14 y se encuentra bajo la condición de embalse muerto desde la pasada primavera por el bajo nivel de sus aguas.

Las restricciones están sembrando la preocupación en los municipios afectados: "La situación más complicada la padecen el término de Colmenar y algunas urbanizaciones de Vélez-Málaga, porque a diario reciben aportaciones en camiones cisterna", manifiestan fuentes de la empresa Axaragua, dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía.

Incluso en el embalse de La Concepción, donde durante el presente año hidrológico han llovido más de 400 litros por metro cuadrado, siendo la única zona con números que no son de sequía, ya se está muy cerca del 50% de la capacidad de almacenaje, en poco más de 30 hectómetros cúbicos. Si no surgen fuertes lluvias que ayuden a remontar la situación, se estudia la posibilidad de adquirir agua procedente de la Mancomunidad del Campo de Gibraltar. Este tipo de trasvases ya se han realizado en anteriores periodos de sequía y mantendrán su utilidad a la espera de que pueda construirse la nueva presa sobre el cauce del río Guadalete, dentro de la provincia de Cádiz pero en el entorno de ManilvaCasares y Estepona.

Frente a la situación en La Concepción y La Viñuela, que representan ambos extremos en los embalses malagueños, el resto de presas están entre el 20% en el caso del Conde del Guadalhorce (almacena 13,4 hectómetros) y el 39% del de Guadalteba (59 hectómetros). Casi al 30% está el embalse del Limonero, con 6,6 hectómetros acumulados, y el del Guadalhorce, al 27%, justo en la media provincial, con otros 34 hectómetros. El listado se completa con la presa de Casasola, ahora al 34% y con 7,4 hectómetros disponibles.

En cuanto a la lista de municipios con algún tipo de restricción o de medida de ahorro en este comienzo del mes de agosto, destacar que asciende ya a los treinta, y son los siguientes: Alcaucín, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Almáchar, Álora, Benalmádena, Benamargosa, Canillas de Aceituno, Cártama, Casabermeja, Coín, Colmenar, Comares, Cómpeta, El Borge, Fuente de Piedra, Iznate, La Viñuela, Málaga, Marbella, Mijas, Moclinejo, Periana, Pizarra, Sedella, Rincón de la Victoria, Ronda, Torremolinos, Totalán y Vélez-Málaga.