La policía marroquí ha cerrado este miércoles su frontera entre Marruecos y España, impidiendo así que continúe la entrada masiva de personas migrantes por la playa de Tarajal, en Ceuta.

En las últimas horas unas 8.000 personas han llegado a las costas de Ceuta, de las cuales casi 5.000 han sido ya repatriadas, según han señalado tanto el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. 

Entre ellos se encuentran unos 2.000 menores de edad. Tanto éstos como el resto de personas han sido atendidas por los servicios de Emergencia, así como por Cruz Roja. 

El pasado lunes las personas migrantes comenzaban a llegar de manera masiva a nuestro país en la que se considera una de las mayores crisis migratorias de los últimos años. El gobierno marroquí abrió las fronteras, justificando para ello que España acogió Brahim Ghali, líder de Frente Polisario saharau.

La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, expone que fue ingresado en España por razones "estrictamente humanitarias", aunque parece que no hubo consenso entre las partes o, al menos, con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

En relación a este hecho la embajadora de Marruecos en EspañaKarima Benyaich, aseguraba el pasado martes que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias "y se tienen que asumir". 

Sin embargo, parece que este jueves vuelve algo de calma a la ciudad autónoma de Ceuta, aunque la tensión sigue siendo palpabe y la situación preocupante.