El Partido Popular no ha alcanzado hoy las expectativas que tenía puestas en las elecciones de Castilla y León, al lograr sumar solo dos escaños más (un total de 31), lo que supone un frenazo a las expectativas de su presidente, Pablo Casado y de su equipo que concibió el adelanto de estos comicios como un impulso en su batalla para ganar las próximas elecciones generales.

Este resultado contrasta con el de Vox, su rival por la derecha, que ha pasado de un procurador a tener 13, con representación en todas las provincias menos en Soria y que es fundamental para gobernar o garantizar la gobernación de la región. El PSOE, por su parte, aunque ha perdido y se ha dejado siete escaños, ha logrado sostenerse quedándose con 28 procuradores evitando así el desplome que tuvo en otras comunidades autónomas como Galicia y especialmente Madrid el pasado mes de mayo.

“El PP ha ganado las elecciones”, ha celebrado el presidente en funciones y candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco. “Estoy muy satisfecho con el resultado. Esta victoria la hemos conseguido apostando por Castilla y León y hemos ganado las elecciones”, ha añadido.

“Convoqué estas elecciones para que el futuro de Castilla y León no se decidiese en los despachos y hoy los castellanos y leoneses hemos decidido que gobierne el PP”, ha subrayado Mañueco, visiblemente muy contento.

Asimismo, el dirigente popular ha asegurado que dialogará “con todos para formar un gobierno con todos y para todos”. Sin embargo, ha lanzado la siguiente advertencia a Vox, después de que la formación ultra no tardara en mostrar su voluntad de entrar en el nuevo Ejecutivo: “Hay un mandato claro para un Gobierno del PP con diálogo y así voy a actuar". “Vamos a tener un Gobierno fuerte para hacer crecer a esta tierra, ofrecer estabilidad tanto en Castilla y León como a España”, ha sentenciado Mañueco.