Lo primero que hay que decir cuando se habla de la Gürtel (más una vez que se cerró el sumario por las actividades de la trama entre 1999-2005 que acabó con 40 acusados), es que resulta incontestable que la corrupción empapó el funcionamiento del Partido Popular. Y lo hizo a muchos niveles de su estructura, y en muchos sitios.

Y hay que empezar por plantear esto porque las últimas 'filtraciones' de supuestos documentos de Francisco Correa (aunque él mismo haya desmentido su autenticidad - publicado en eldiario.es), teniendo en cuenta el fiasco que ha supuesto su contenido, prácticamente carente de novedades, y la escasa credibilidad del protagonista, podrían llevar a pretender desacreditar toda una investigación y a demostrar que lo sucedido en la financiación del PP 'y sus alrededores' no es más que "cosa de cuatro chorizos", como tantos líderes en Génova han repetido y repetido pretendiendo convertir su 'eslogan' en verdad.

El presunto cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, durante su declaración en el juicio por los contratos de la Generalitat con dicha red para el montaje de su expositor en la feria de turismo Fitur. EFE



El método Bárcenas de 'negociar'
Dicho esto, vamos a profundizar en el relato que en ELPLURAL.COM dimos en exclusiva en mayo de este año, a raíz de los acercamientos que Correa y su defensa realizaron a las acusaciones particulares y las fiscales del caso desde los inicios de 2015.

En realidad hay un precedente a esta forma de actuar en la trama Gürtel. En este caso por parte de otro afectado, Luis Bárcenas, y de las que también les informamos en este periódico en su momento. Pero Bárcenas, de la mano de su abogado Javier Gómez de Liaño, lejos de buscar la 'complicidad' de las acusaciones y la fiscalía, se fue directamente al juez Pablo Ruz, al que por carta se ofreció a colaborar "al máximo en la instrucción del prodecimiento" a cambio de lograr la libertad.

La estrategia Correa frente a la de Bárcenas
En el caso de Correa, quizás precisamente por la experiencia vivida por su 'socio', la estrategia que montó a inicios de 2015 ( su abogado ya era de oficio, porque su anterior letrado, José Antonio Choclán, un prestigioso penalista le había dejado por falta de pago) fue diferente. El capo de la trama lo que decidió fue acercarse a quienes podían influir sobre el juez para conseguirle ese trato de favor: fiscalía y acusaciones.

Hay que explicar lo primero que en España, cuando se pretende algo así, la última palabra la tiene el juez, que escucha a las partes, estudia el pacto, y valora, sobre todo, la aportación que la confesión pueda hacer a la resolución de la causa. También, y esto es importante recordarlo por lo que vamos a narrar a continuación, que todas las acusaciones aprueben el acuerdo.

Partidas múltiples de ajedrez
En su caso, y en lo que en fuentes cercanas a la investigación han calificado a este periódico como de partidas múltiples de ajedrez, Correa abrió 'ofertas' por un lado a la Fiscalía y por otro a las acusaciones particulares.

En el caso que nos ocupa (porque tiene abiertos varios por las ramificaciones de la trama), el de la llamada pieza 1999-2005, Francisco Correa se acercó a inicios de la primavera a la Asociación de Abogados Demócratas de Europa (ADADE), la única acusación particular presente en este caso (además de las que se hacen en nombre del PSOE de Madrid y del de Valencia). Al tiempo, como decimos, se había ofrecido a las dos fiscales de la causa.

Francisco Correa y Luis Bárcenas.., dos acusados, dos formas diferentes de intentar 'negociar' con la Justicia



La única acusación particular presente, desconfía
En ADADE, donde habían recibido su oferta con desconfianza, aceptaron sin embargo las reuniones, que se celebraron en su propia sede. El problema para progresar quedó claro en seguida. Y lo hizo en un doble sentido.

Por un lado, se puso en evidencia algo que les produjo enorme desconfianza: que Correa ya estaba negociando con otra de las acusaciones, Observatori i Desc, personalizada en el abogado Gonzalo Boyé, que no estaba personalizado en esta causa (lo está tan sólo en la de la llamada 'caja B del PP') y que además es, y esto resulta significativo, consejero y accionista de la web eldiario.es, que ahora ha publicado la supuesta 'confesión' de Correa. Por otro, aún más importante, el capo de la trama no concretaba ningún dato novedoso, ni el alcance de las informaciones con las que pretendía conseguir la colaboración de las acusaciones para la rebaja de su pena antes incluso de especificar cuál era su 'oferta'.

Las fiscales no reciben oferta concreta
Al tiempo se produce el acercamiento de Correa a las fiscales de este sumario, Concepción Sabadell y Concepción Nicolás. Ellas, desconfiando, exigen que esté presente en las negociaciones su superior, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza.

Estas reuniones fracasan, aseguran a ELPLURAL.COM en fuentes judiciales,  por la misma razón: Correa no sólo no aporta en las conversaciones absolutamente nada significativo que no esté ya en el sumario, sino que pide que se le ayude a conseguir una rebaja en sus posibles penas, antes de concretar su 'oferta'. Por cierto, La fiscalía de la Audiencia Nacional niega también haber recibido de Correa el documento publicado en eldiario.es.