El pasado miércoles, en vísperas al primer aniversario de la caída y eclipse político de Pablo Casado, el actual líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, disfrutó de una comida con su antecesor. Una comida que no ha pasado desapercibida y no ha dejado de recibir un sinfín de comentarios y reacciones. El último en valorarlo con un contundente dardo hacia los populares ha sido el diputado del PSC José Zaragoza.

En un mensaje en Twitter, Zaragoza ha sido especialmente contundente, compartiendo dos titulares de noticias y una valoración de cosecha propia. “El PP encuentra a Casado para comer pero no lo encuentra para ir al juzgado”, ha escrito, para dar pie a los dos titulares que ha seleccionado.

El primero, sobre la comida de Feijóo con Casado: “Feijóo come con Casado para restañar heridas en el aniversario de su caída”. El segundo, sobre las causas pendientes del anterior líder del PP con la justicia: “El juez suspende la declaración como imputado de Pablo Casado porque el PP ‘desconoce’ dónde está”.

Comida con Casado

Pablo Casado y Alberto Núñez Feijóo se citaron el pasado miércoles en una taberna del centro de Madrid, muy cercana a la zona del Teatro Real y del Senado. Este encuentro es clave en tiempo y forma con la fatídica noche que hizo tambalear los cimientos de Génova 13 y cambió el rumbo de las operaciones.

Fuentes del PP señalaban que dicha comida estaba prevista “para finales de año” pero, por motivos de agenda, se aplazó hasta la fecha actual. “Feijóo y Casado tienen una relación fluida que han ido manteniendo en el tiempo, y en el último año han compartido reflexiones en diversas ocasiones. La comida se enmarca dentro de un clima de normalidad y respeto entre dos personas que han tenido el honor de presidir el Partido Popular”, rezaba el contenido del breve comunicado difundido por la formación.

Olvido de Casado en el PP

Esta cita sorprende teniendo en cuenta lo olvidado que está Pablo Casado en el Partido Popular desde que dejó la formación tras su enfrentamiento directo con Isabel Díaz Ayuso. Este mes de febrero se cumple un año de los fatídicos días que pasó Casado tras poner en duda la legalidad de los contratos que la presidenta de la Comunidad de Madrid había hecho durante la pandemia con su hermano, Tomás Díaz Ayuso.

Así, cabe recordar que a principios de febrero, los ‘populares’ descartaron la presencia de Casado en un acto conjunto de Feijóo con los dos expresidentes del Gobierno del partido: Mariano Rajoy y José María Aznar. En su defensa, la formación prometió que ya habría otras ocasiones para contar con él, añadiendo a su vez que “no hay necesidad de recomponer lo que no está roto”.

Por su parte, Isabel Díaz Ayuso, desde Londres con motivo de su último y reciente viaje al extranjero, obvió las fechas señaladas que afronta la formación para señalar así que Casado forma parte del “pasado” y que, por ende, ella mira “hacia delante”, insistiendo en que está más concentrada “en el futuro”. “Estoy aquí para hablar del futuro y cada día me levanto pensando en el futuro. Para mí la vida empieza cada día pero mucho más si tengo por delante tanta responsabilidad”, dijo.

Momentos críticos de Casado

En febrero de 2022, Pablo Casado vivió, sin duda, los momentos más críticos desde que llegó al partido. Vio como el golpe sobre la mesa que dio se le echó encima y Ayuso se salió con la suya y pudo aumentar así su poder dentro del partido. El exlíder del PP condenó públicamente la implicación del hermano de la presidenta madrileña en el caso de las compras de mascarillas en los peores momentos de la pandemia, ya que éste cobró una comisión de casi 300.000 euros por parte del Gobierno regional.

Aunque en los primeros momentos Casado recibió el apoyo de varios dirigentes del Partido Popular, como Cuca Gamarra, Javier Maroto o Dolors Montserrat, en el momento de pronunciar sus últimas palabras en la sede parlamentaria y abandonar el hemiciclo, únicamente Pablo Montesinos y Ana Bernal le fueron fieles y siguieron sus pasos.

Conviene mencionar también la intentona de Feijóo, en su llegada a Génova 13, de dejar en segundo plano el mando de Madrid para, en su lugar, posicionar en cargos de mayor relevancia a puestos procedentes de Andalucía y Galicia. Y es que el expresidente gallego tomó una serie de decisiones con las que daba a entender que su objetivo con el nuevo PP pasaba por reforzar el nexo entre Galicia y Andalucía, y dejar en segundo plazo a Madrid.