La diputada de UPyD Irene Lozano. EFE/Archivo

 

 


Intentó hacerse con el liderazgo de UPyD hace dos meses, al frente de la candidatura Renovadores, y perdió. El resto de su equipo de rebeldes ya había abandonado la formación magenta y ahora ella, Irene Lozano, ha anunciado que hará lo mismo cuando acabe la legislatura, y que lo hará "sin reproches".

Lozano estaba ahora totalmente aislada en el grupo parlamentario y era la única miembro de la candidatura Renovadores que aún seguía en UPyD después de que los veinte miembros restantes se fueran marchando tras perder el cónclave extraordinario del pasado 11 de julio.

En principio, no tiene pensado enrolarse en ninguna otra aventura política aunque no se cierra ninguna puerta porque la experiencia le ha gustado "mucho" y tiene claro que "la vida da muchas vueltas". Ha sido una experiencia "muy enriquecedora y emocionante" y siente que ella también ha hecho aportaciones interesantes en el Parlamento más allá de defender una determinada proposición no de ley.

Una de sus actuaciones más destacadas fue la "reapertura" del caso de la comandante Zaida Cantera, que denunció acoso sexual y laboral en el Ejército. Y todavía es portavoz de su grupo en las comisiones de Exteriores, Defensa, control parlamentario de RTVE y para la Unión Europea.

Se marcha sin amargura y sin palabras de reproche hacia UPyD que para ella sigue siendo "el mejor proyecto político para España". No seguirá el camino hacia Ciudadanos, que sí siguieron dirigentes y militantes de UPyD, sobre todo tras las últimas derrotas electorales y la negativa de la dirección a contemplar un acuerdo electoral con el partido de Albert Rivera.

Y en su caso, la vía de escape a Ciudadanos se la cerró éste partido después de que Lozano fuera especialmente combativa con la idea de buscar un pacto cuando las dos fuerzas políticas entablaron negociaciones el año pasado para explorar posibles alianzas. Pero ante el encadenamiento de desastres en las urnas, primero en Andalucía y después en las municipales, la diputada dio un giro de supervivencia y apostó por pactar con otras formaciones para asegurar así el futuro de UPyD.

En ese volantazo que pegó, Lozano se revolvió contra Rosa Díez, pidió su dimisión y empezó a trabajar por una alternativa, la candidatura Renovadores, que peleó con Herzog un cambio de rumbo en UPyD. Perdió solo por tres puntos de diferencia. Estos últimos meses han sido muy difíciles para ella, según han contado a Efe fuentes de su entorno, porque el diálogo y la relación con sus compañeros de partido se ha reducido a la mínima expresión y solo a la que obliga la cortesía parlamentaria.

Lozano dio el salto a la política tentada por Rosa Díez y como independiente, al aceptar ir en el cuarto puesto de la lista por Madrid en las elecciones de 2011, dejando a un lado su carrera como periodista y escritora, una carrera que ahora podría retomar porque "es lo que siempre le ha gustado", pero ha insistido en que explorará también otros campos cuando termine el periodo de sesiones.