Nadie podrá decir que el PP no está haciendo todo lo posible para conseguir un pacto que posibilite la permanencia de Mariano Rajoy en la Moncloa. El propio líder popular dejó apartado su falta de apego al consenso cuando aseguró que no tiene “líneas rojas” y ofreció un acuerdo al PSOE y Ciudadanos, y este jueves hemos sido testigos del tránsito de Rafael Hernando de lobo feroz a cordero en una entrevista con la SER en la que ha afirmado que el PP “tiene feeling con todos”, incluido Podemos.

“Nosotros con todos tenemos feeling. Con el Partido Socialista tenemos feeling en algunas cosas... Yo tengo feeling con algunas personas con las que dialogo en el Partido Socialista… como tengo feeling con personas de Ciudadanos y también con Podemos, aunque con esta formación es más difícil que encontremos acuerdos”, ha dicho Rafael Hernando, que fue portavoz del Grupo Popular en el Congreso.



Un fraude electoral
Hernando ha defendido que lo “democráticamente saludable” es que quien presida el Congreso o el Gobierno sea el partido que ha ganado las elecciones, y que lo contrario sería “un fraude electoral” porque no es lo que han votado los españoles.

Diálogo
“Vamos a seguir los contactos” en “esta nueva etapa de diálogo”, ha insistido Rafael Hernando en unas declaraciones en las que el diputado electo del PP ha estado irreconocible, teniendo en cuenta su pasado peleón.

Hay que recordar que Hernando ha sido uno de los mayores insultadores del PP. Y bastaría con recordar sus palabras dedicadas a las víctimas del franquismo, en una tertulia de 13TV: “Algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle”.

Fue Hernando quien para cargar contra el Gobierno del PSOE en Andalucía criticó su decisión de garantizar comidas gratis a los niños en peor situación económica porque se dejaba a esa Comunidad como “Etiopía”. El dialogante Hernando fue quien en los pasillos del Congreso se lanzó -literalmente- sobre Alfredo Pérez Rubalcaba en su etapa como ministro del Interior con la clara intención de pegarle al grito de “eso me lo dices a la cara”. Una agresión que no se produjo gracias a la intervención de otros diputados.