El exvicepresidente del Gobierno y cofundador de Podemos, Pablo Iglesias, ha instado al PSOE a demostrar “agallas” si realmente quiere contar con el respaldo de su formación. Según ha señalado, los socialistas podrían tener el apoyo de Podemos siempre que adopten medidas “valientes” para “reventar” a la derecha y frenar la influencia que, a su juicio, mantienen sus “activos políticos” dentro de las estructuras del Estado.
Durante su intervención en la mesa de debate Poderes más allá de la democracia: cómo hacerles frente, organizada en el marco de la ‘Uni de otoño’ de Podemos junto al partido europeo Alianza de Izquierda Europea, Iglesias centró buena parte de su discurso en el concepto de ‘lawfare’, la llamada “guerra judicial” que, según él, utilizan sectores conservadores del poder judicial y mediático para perseguir a adversarios políticos. En su opinión, en ese engranaje intervienen jueces y periodistas “motivados políticamente”, además de grandes corporaciones empresariales que influyen en los medios de comunicación.
El exlíder de Podemos aprovechó para lanzar una advertencia al PSOE: su formación no apoyará Presupuestos Generales del Estado que supongan un incremento del gasto militar ni iniciativas que, según dijo, respondan únicamente a “su agenda particular” con partidos como Junts o el PNV.
El discurso del miedo
Iglesias criticó la estrategia socialista de apelar al “miedo a Vox” como principal argumento electoral, una táctica que, en su opinión, ha convencido a Sumar, pero que Podemos no asumirá. “Nosotros no vamos a dejar de hablar de los casos de corrupción del PSOE ni del aumento del gasto militar, ni del embargo de armas a Israel”, sostuvo.
En este sentido, denunció que dentro de la izquierda se ha extendido una actitud que calificó de “pagafantismo”, refiriéndose a formaciones y dirigentes que, a su juicio, priorizan su visibilidad mediática frente a la confrontación con el poder económico y judicial. “Hay una izquierda que se cree sutil e inteligente por aparecer en televisión, pero sin poder mediático vamos a la guerra en chanclas”, ironizó.
El exvicepresidente insistió en que Podemos no se someterá a la lógica del miedo ni a la idea de que Sánchez sea “la única alternativa” frente a la ultraderecha. “Si el PSOE quiere ir de verdad a por la derecha, ahí estaremos. Pero para eso hay que tener agallas”, remarcó, desmarcándose de cualquier apoyo automático al Gobierno.
Reforma del CGPJ y control mediático
Iglesias señaló directamente al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como uno de los “campos de batalla” en los que debe librarse la confrontación con el poder conservador. Se preguntó por qué el Gobierno no impulsa una reforma que impida el control del órgano por parte del PP. “Europa no os va a salvar de la cárcel cuando estos mandan”, advirtió, en referencia a quienes confían en la Unión Europea como freno a los abusos judiciales.
El exvicepresidente también apuntó hacia los medios de comunicación, que considera “actores del lawfare”, y cuestionó la “normalización” de que existan licencias públicas en manos de grandes grupos privados. En tono provocador, se dirigió al PSOE: “¿Pensáis que en el pelotón de fusilamiento os van a perdonar por no haber tocado las licencias?”.
Las cloacas del Estado
Iglesias defendió que Podemos no fue derribado por PP ni Vox, sino por “las brigadas patrióticas” dentro del Estado, jueces “intocables” y grupos mediáticos que, según su versión, actuaron coordinadamente para debilitar a la formación. Llegó a afirmar que magistrados como Manuel Marchena o Juan Carlos Escalonilla tienen más poder que Isabel Díaz Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo, dos figuras destacadas del PP.
A su juicio, esa estructura de poder hunde sus raíces en la Transición, un periodo en el que —según dijo— la izquierda alternativa perdió toda capacidad de influencia en los resortes del Estado al no crear medios propios ni espacios de formación para jueces o cuerpos de seguridad con visión progresista.
El poder mediático como eje del conflicto político
El exvicepresidente dedicó buena parte de su intervención a subrayar la necesidad de que la izquierda recupere poder mediático. Calificó de “torpeza” que sectores progresistas no entiendan la importancia de tener grupos empresariales y comunicativos comprometidos con un proyecto político, algo que —dijo— la derecha sí ha comprendido. “Por eso ganan aunque pierdan las elecciones”, sentenció.
Según Iglesias, esa carencia explica también por qué Podemos genera rechazo entre los grandes poderes del país y por qué algunos sectores progresistas les acusan de “hacerle el juego a la derecha”. “La izquierda que renuncia al conflicto mediático se convierte en rehén de las corporaciones”, afirmó.
Finalmente, reivindicó que el papel de Podemos pasa por dar la batalla no solo en las urnas, sino también dentro del Estado y en los medios de comunicación. Como ejemplo, mencionó que periodistas procedentes de Canal Red, medio fundado por él, trabajan actualmente en RTVE, fruto de la negociación para renovar el Consejo de Administración del ente público.
Con su discurso, Iglesias volvió a marcar distancia con el PSOE y con Sumar, situando a Podemos como una fuerza dispuesta a mantener una confrontación directa con los poderes judiciales, mediáticos y económicos que, a su entender, continúan condicionando la democracia española.