La parte socialista del Gobierno ya trabaja en volver a encauzar las relaciones diplomáticas con Argelia, severamente deterioradas tras el cambio de postura de España en la cuestión del Sáhara. Después de que Argel intensifica su enfado en los últimos días, primero llamando a consulta a su embajador en Madrid, y luego afirmando que no fueron informados de antemano del cambio de rumbo, tal y como aseguró José Manuel Albares, el Ejecutivo central se ha lanzado a mandar un mensaje de tranquilidad, minimizando estas discrepancias y poniendo en valor a la “excelente” relación con el país africano.

“La relación es excelente y esperamos que siga siendo así, es nuestro deseo”, ha apuntado este martes la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

En este sentido, ha indicado que se trata de una relación que vincula especialmente a ambos países en el suministro de gas, algo que se gestiona a través de compañías privadas (Naturgy y Sonatrach) a través del gasoducto submarino Medgaz.

“Argelia es un socio sólido, estratégico y prioritario. También es un socio fiable como suministrador de energía”, ha señalado, por su parte, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez. Asimismo, esta ha subrayado que la decisión de España de apoyar la propuesta marroquí para el Sáhara Occidental no tiene por qué “afectar a las relaciones” con Argelia, ya que se trata de restablecer “una relación bilateral entre España y Marruecos”.

Unas declaraciones de Teresa Ribera e Isabel Rodríguez que seguían la senda marcada este domingo por José Manuel Albares, quien también defendía el cambio de postura del Gobierno, enmarcándolo en el marco de las comunicaciones “bilaterales” entre España y Marruecos, y se deshacía en elogios hacia Argelia: “Es un socio sólido, estratégico y fiable”. “También como suministrador de gas”, añadía el titular de Exteriores.  

Relación España-Argelia

En cuanto a la relación estrictamente bilateral entre Argelia y España, Argel es el principal suministrador de gas natural a la Península. Una importancia que a corto plazo podría ir a más debido a las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, con lo que nuestro país pasaría a ser el principal distribuidor del gas que Argelia haría llegar a Europa.  

Sin embargo, Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto y en noviembre procedió al cierre del Gasoducto Magreb-Europa (GME) que bombeaba gas hasta la península Ibérica a través de Marruecos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló el pasado 6 de marzo con el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, quien reiteró no solo el compromiso de su país con garantizar el suministro a España sino también la voluntad de Argelia de ayudar en lo posible, como socio fiable en materia energética que quiere ser, a los europeos, según indicaron fuentes gubernamentales.

De esta manera, este es el segundo 'agravio' del Gobierno a Argelia en poco más de un mes después de que a principios de febrero anunciara que había accedido a la petición de Marruecos de ayudarle a garantizar su seguridad energética mediante la regasificación en España de Gas Natural Licuado (GNL) comprado por Rabat para su posterior envío a este país mediante el gasoducto GME.

Entonces, Argel ya advirtió de que en ningún caso España podría hacer llegar gas argelino a Marruecos. Está por ver ahora cómo reacciona el Gobierno argelino ante este giro, que por contra ha sido muy celebrado por Marruecos y que da por superada la crisis diplomática que desencadenó hace casi un año la acogida en España por motivos humanitarios del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.