Era cuestión de tiempo que las encuestas reflejaran el daño que ha infligido la división interna en el Partido Popular. La lucha fratricida librada por Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso lamina las opciones de los conservadores de cara a las elecciones si éstas se celebrasen este mismo día. El retroceso es palpable en la demoscopia a causa de una contienda que arrancaría la victoria de las yemas de los dedos a aquellos que ya la daban por segura. Algunas fuentes del PP de Madrid consultadas por ElPlural.com ya auguraron la caída.

En las últimas 24 horas El Español y El Confidencial han publicado dos encuestas que diseñan un boceto nada halagüeño para los intereses de los populares y de la derecha española. No hace ni una semana que el PP salía triunfante en los sondeos, aireando los resultados de estos por doquier, rozando e incluso superando la mayoría absoluta si buscaban la rima con Vox.

Sin embargo, tras varias semanas en las que el conflicto entre Génova y Sol se ha intensificado, la mayoría absoluta ha abandonado paulatinamente la casa de la derecha para situarse en tierra de nadie y hacer aún más complicada la gobernabilidad en España.

Y es que según la encuesta elaborada por IMOP Insights para El Confidencial, las pulsiones conservadoras han caído con consistencia. Si bien este sondeo le otorga la victoria en las urnas al principal partido de la oposición, de él se extrae una recuperación notable de la izquierda, que ha apretado hasta las últimas consecuencias.

El Partido Popular lograría aunar bajo su paraguas a un 27,1% del electorado, lo que se traduce en 117 asientos en el Congreso y el título honorífico de primera fuerza de España. Sin embargo, su retroceso, de en torno a tres escaños, ha permitido al PSOE de Pedro Sánchez crecer alrededor de esa misma cifra, con 0,8% menos y 104 sillones.

Los socialistas pescan en río revuelto y la izquierda vuelve a impulsarse tras varios meses sumida en una tendencia bajista. No obstante, sus números, sumados a los de Unidas Podemos, quienes consiguen sumar a su grupo parlamentario dos diputados más que en el anterior sondeo. Pese a este ligero crecimiento, se antoja complicado que Sánchez articule una nueva mayoría.

Pero igual de ciclópea es la tarea en la derecha. La pérdida de apoyos de los conservadores cierra la puerta de Moncloa en las narices de Pablo Casado. Ni siquiera los 51 diputados de Vox (con un 16,4% del voto) darían el impulso necesario a los populares para arrebatar el Gobierno a la izquierda, construyendo un Congreso que augura una compleja gobernabilidad.

Remontada de la izquierda

Las alarmas saltan en Génova con el sondeo de El Confidencial, pero el de Sociométrica para El Español desata los temblores en las piernas de los populares. Y es que esta encuesta otorga el segundo lugar al Partido Popular, inmerso en sus cuitas internas que le impiden doblegar a un PSOE que impone su fuerza y logra el sorpasso tras varios meses a rebufo.

La formación liderada por Pablo Casado aglutinaría al 24,9% del electorado bajo su cobijo, lo que se traduce en 101 escaños. El baile final de diputados podría despojar a los conservadores del único aspecto positivo de esta encuesta; que pasa por su ventaja de un asiento sobre los socialistas. El PSOE de Pedro Sánchez logra un apoyo sensiblemente superior al partido conservador, pero no lo cristaliza en un mayor peso parlamentario (100).

Ya lo avisaban en el PP

Desconcierto. Esa es la palabra que utilizan algunas voces del Partido Popular para referirse a la guerra civil entre Génova y Sol. El tsunami de filtraciones en estas últimas semanas, a pesar del impostado armisticio pactado en la Convención Nacional de Valencia, no ha hecho sino acentuar una crisis que podría laminar las aspiraciones de la formación en todos los niveles.

“A los madrileños y a los españoles no les importa este ruido, sino el precio de la luz”, indican a este periódico fuentes del PP de Madrid, al tiempo que remarca que lo verdaderamente crucial “es lo que piensan los ciudadanos”. El campo de batalla opaca, a su juicio, los problemas reales y, sobre todo, difumina la idea de que el “enemigo es Pedro Sánchez”.

Estas fuentes creen que el enfrentamiento fratricida sólo ayuda a los rivales políticos. “Perjudica tanto a Pablo como a Isabel”, apuntan en un intento de que se recupere la perspectiva y retornen los principales objetivos que pasan por impulsar a Casado “hasta la Moncloa” y a Ayuso a lograr una “mayoría absoluta” que rozó en las pasadas elecciones.