Las encuestas siguen dando la victoria a las derechas el próximo 23 de julio. Sin embargo, la diferencia se ha reducido respecto a las últimas encuestas, dejando al PP con 140 diputados en los análisis demoscópicos de Sigma Dos para El Mundo y Key Data para Público.

Las diferencias entre los populares -que han perdido cinco escaños según el sondeo en tan solo dos semanas- y la ultraderecha en los pactos autonómicos que podrían ser un avance del matrimonio 'definitorio' que se lleve a cabo en la época estival dejan a una hipotética coalición Feijóo-Abascal sin alcanzar la mayoría absoluta y a un PSOE que supera los 100 escaños; un resultado que, pese a dejar una distancia palpable entre Sánchez y el gallego, lleva al primero a recuperar sensaciones. 

Como tercera fuerza política sigue Vox que, eso sí, baja también en sus estimaciones. La ultraderecha fija una proyección de 41 escaños y un porcentaje de voto del 14,4%, lo que supone la pérdida de medio punto en estimación y 11 diputados respecto de los comicios generales de 2019. Esto, según la segunda de las encuestas, que sí reflejan a la extrema derecha como llave para que los populares alcancen Moncloa.

Algo distintas se postulan las estimaciones de El Mundo, donde la derecha se deja seis diputados frente al lado izquierdo del tablero y en concreto a Vox 35. Es decir, la coalición con el PP no daría la mayoría absoluta.

Qué pasa con Sumar

Las derechas exhiben músculo desde hace meses, pero desde la izquierda se muestran optimistas también gracias a los número de Sumar, que favorecen que las fuerzas progresistas salgan del colapso. La plataforma de la vicepresidenta segunda sube hasta los 35 escaños, recuperando así un 0,9% de porcentaje de voto y subiendo hasta el 13,7%. Pero el dato más importante para los de la responsable de Trabajo es que supera a la extrema derecha, una cuestión crucial y que puede ser crucial para el reparto de muchas circunscripciones.

Si en estas líneas se hace alusión a las discrepancias entre PP y Vox, también es cierto que Díaz se ve beneficiada por el sosiego que ha tenido lugar dentro del partido, entre otras cosas por haber dejado atrás el episodio con Irene Montero. Así las cosas, no es ningún disparate decir que Sumar se plantea como una posibilidad de mermar las opciones de un gobierno de derechas.

A partir de aquí, la formación dentro de la cual se encuentra parte de Podemos haría regresar a los morados -que no concurrirán a las elecciones- al menor a los escaños que un día situaron los de Pablo Iglesais dentro del Parlamento.

Los número, sin embargo, no suman con el PSOE que, eso sí, se plantea ante su electorado como la única opción para arrebatar la presidencia a las derechas. Es decir, se posiciona como voto útil. Con todo, las dos encuestas analizadas sitúan a los socialistas lejos de obtener la casilla de salida en Moncloa. De esta manera, los sondeos que más dan a los socialistas sitúan a estos en los 102 escaños, lejos de los 120 que permitieron el Ejecutivo de coalición en 2019.

Y aquí estaría jugando un papel igualmente fundamental Ciudadanos, ya que sus votantes se estarían yendo al PP, pero también a Vox. Eso sí, la moderación naranja va más en consonancia con Feijóo, quien intenta ofrecer ese perfil de cara a su electorado. De ahí que el gallego atraiga en un 50% al votante del partido que no se presentará a las elecciones entre críticas de algunos de los que han sido sus pesos pesados, mientras que un 9,5% del mismo se vaya a Vox y un 7,5% a Sánchez. A ellos hay que sumarle el más del 24% que sigue indeciso y que podría ser igualmente clave.

En términos de movilización, el electorado del PSOE sabe de la importancia de estas elecciones, por eso el 81,2% del mismo asegura que acudirá al colegio electoral el próximo 23-J o que votará por correo. También en Sumar sube el porcentaje de los que aseguran que depositarán su papeleta (del 87,8% hasta el 90,7%).

Estos son otros de los datos que hacen confiar con la remontada a la izquierda, máxime si se tiene en cuenta que choca directamente con el ideario del votante de PP y Vox, y es que la activación de los electores de Abascal baja del 93,2% al 88% y la del de Feijóo del 88,2% al 88%. No es mucho pero algo es algo, y un poco puede ser bastante en un escenario donde la política resulta siempre tan cambiante.