Pedro Sánchez ya es presidente del Gobierno. Sin funciones. Después de varios meses de negociaciones largas, el líder del Ejecutivo ha conseguido revalidar su mandato aglutinando a siete partidos de diferente tradición política en un proyecto que nace de la mano de Sumar, partido integrado en la coalición de Gobierno, y que ha sido respaldado por 179 diputados, por encima de la mayoría absoluta, a la primera y haciendo de la plurinacionalidad de España su principal motor.

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En este sentido, prácticamente sin digerir la investidura de Sánchez, uno de los temas que vuelve a estar de actualidad es el número de ministerios que tendrá el nuevo Ejecutivo. En la XIV legislatura, el gobierno de Sánchez contó con 22 ministerios, el mayor número desde la Transición. Pero, ¿cuántos ministerios debe tener el nuevo gobierno? ¿Es necesario mantener los 22 que tuvo el gobierno de Pedro Sánchez en la XIV legislatura? ¿O sería conveniente reducirlos, como reclaman algunos sectores políticos y sociales?

El número de ministerios que tendrá el nuevo Ejecutivo -Sánchez ya ha anunciado su intención de reducir la cartera de ministerios- es uno de los aspectos que se negociarán entre los partidos que conformen la coalición, y que dependerá del equilibrio entre sus respectivos programas e intereses. Pero también es un tema que interesa y preocupa a la sociedad española, que se pregunta si el número de ministerios es adecuado a las necesidades y prioridades del país, o si por el contrario es excesivo y supone un derroche de recursos públicos.

Por todo ello, y con el objetivo de conocer la opinión de la ciudadanía sobre este recurrente asunto, ElPlural.com propone una encuesta sobre si Pedro Sánchez debería de reducir el número de ministerios, o si por lo contrario debería de dejar los 22 actuales, o incluso aumentar estas carteras. Si no puedes ver correctamente nuestra encuesta, pincha en el siguiente enlace para acceder a ella.

 

Argumentos a favor y en contra de la reducción de ministerios

Los argumentos a favor y en contra de reducir el número de ministerios son variados y enfrentados. Por un lado, los partidarios de la reducción sostienen que se trata de una medida de ahorro, de eficiencia y de coherencia. Afirman que se ahorraría dinero público, al reducir el número de altos cargos, asesores, coches oficiales, viajes, dietas, etc.

También argumentan que se simplificaría la estructura administrativa, al evitar duplicidades, solapamientos y conflictos de competencias entre los distintos departamentos. Esto facilitaría la coordinación, la comunicación y la toma de decisiones, así como la rendición de cuentas ante el Parlamento y la ciudadanía. Por último, consideran que se daría una imagen de austeridad y de responsabilidad, acorde con la situación económica y social del país.

Por otro lado, los detractores de la reducción defienden que el número de ministerios responde a la representatividad, la importancia y la gobernabilidad. Alegan que el número de ministerios refleja la pluralidad y la diversidad de la sociedad española, así como el compromiso del gobierno con las distintas causas y demandas ciudadanas. Señalan que el número de ministerios responde a las necesidades y retos del país, que son muchos y complejos, y que exigen una gestión especializada y cualificada. Advierten que reducir el número de ministerios supondría renunciar a algunas políticas públicas o relegarlas a un segundo plano.

Asimismo, sostienen que el número de ministerios es el resultado de un pacto entre los partidos que forman la coalición, que buscan un equilibrio entre sus respectivos programas e intereses. Reducir el número de ministerios podría generar tensiones, desconfianza y descontento entre los socios de gobierno.

Por otro lado, la separación de ministerios atención garantiza una más detallada y especializada en sectores clave como educación, salud, economía, medio ambiente y seguridad, entre otros. Además, la existencia de ministerios independientes puede servir como contrapeso y garantía de un gobierno más transparente y diverso en sus enfoques.

Un debate mucho más complejo

En países donde se ha optado por la reducción de ministerios, los defensores argumentan que esta medida ha conducido a una mayor eficiencia y ahorro de recursos, permitiendo una gestión más ágil y efectiva. Sin embargo, en algunos casos, esta reducción ha generado críticas debido a la posible pérdida de enfoque y especialización en áreas específicas, así como la disminución de la representación y voz de ciertos sectores de la sociedad en la toma de decisiones gubernamentales.

En la práctica, la discusión sobre la reducción o no de ministerios varía según el contexto específico de cada nación. Factores como la estructura del Estado, la diversidad de sus problemas y la capacidad administrativa influyen en la viabilidad y efectividad de esta medida. Además, la gestión gubernamental eficiente no se limita únicamente al número de ministerios, sino también a la calidad de la gestión, la transparencia, la participación ciudadana y la rendición de cuentas.

En última instancia, la reducción del número de ministerios no es una cuestión puramente numérica, sino una decisión que debe abordarse con una evaluación exhaustiva de sus implicaciones en la eficiencia gubernamental, la representatividad de los ciudadanos y el alcance de las políticas públicas. Un equilibrio entre la concentración de funciones y la especialización puede ser clave para un gobierno eficiente y sensible a las necesidades de su sociedad.