Alto, directo y sin rodeos, Xavier García Albiol no es un político que pase desapercibido. Convertido en uno de los rostros más reconocibles del PP, su elección como presidente del Congreso del partido reabre el debate sobre el rumbo que toma la formación: ¿apuesta por el orden y la firmeza o por un discurso que roza lo incendiario? Su historial de polémicas, desde su discurso contra la inmigración hasta su vinculación a sociedades offshore, vuelve a estar bajo los focos.
Albiol se ha forjado una trayectoria política marcada por la confrontación y el impacto mediático. Desde su primer mandato como alcalde de Badalona en 2011, sus declaraciones y campañas electorales han generado titulares. Una de las polémicas más recordadas se produjo cuando el entonces candidato del PP distribuyó un panfleto que vinculaba la llegada de inmigrantes rumanos de etnia gitana con el aumento de la delincuencia en la ciudad. Aquel gesto le costó una denuncia por incitación al odio, aunque la Justicia terminó absolviéndole. Sin embargo, el episodio dejó una marca difícil de borrar y alimentó su fama de político dispuesto a tensar el debate público sobre la inmigración.
No fue un hecho aislado. En años sucesivos, García Albiol mantuvo un discurso centrado en el control de la inmigración irregular y en la defensa de la seguridad ciudadana, con mensajes que algunos sectores han considerado cercanos a la extrema derecha. Declaraciones como “los inmigrantes sin papeles no deben estar cómodos en Badalona” o su oposición frontal a la construcción de una gran mezquita en la ciudad reforzaron ese perfil. Para sus partidarios, se trata de un dirigente valiente, que dice lo que muchos piensan y que no tiene miedo a abordar los problemas de frente; para sus detractores, es un exponente del populismo identitario.
Las controversias no se han limitado al terreno del discurso. En 2021, García Albiol apareció en los conocidos Pandora Papers por su vinculación a Luverne International, una sociedad registrada en Belice y gestionada a través de un despacho en Andorra. Aunque Albiol aseguró que nunca llegó a operar con dicha sociedad ni obtuvo beneficio alguno, la revelación desencadenó una moción de censura en el Ayuntamiento de Badalona que le costó la alcaldía. La sombra de la opacidad fiscal volvió así a ensombrecer su imagen pública.
Más recientemente, en 2025, un juez abrió diligencias contra el dirigente popular por un posible delito de revelación de secretos, después de que durante un pleno municipal leyera en voz alta datos médicos confidenciales de un hombre sin hogar que había fallecido. Este episodio ha sumado un nuevo capítulo al historial de controversias que acompaña al ahora presidente del Congreso del PP.
La designación de García Albiol no ha sido interpretada como un movimiento menor en la estructura del partido. Para algunos analistas, el PP busca reforzar su ala más contundente en un momento de alta tensión política y de competencia con formaciones como Vox, que apelan a un electorado similar en cuestiones como la seguridad y el control migratorio. Otros, en cambio, consideran que el ascenso de Albiol puede suponer un riesgo de polarización interna y de desgaste de la imagen del partido entre los votantes moderados.
En este contexto, la encuesta que se plantea a los lectores pretende pulsar la percepción social sobre un nombramiento que no deja indiferente. ¿Representa Albiol la firmeza que necesita el PP para afrontar los retos actuales? ¿O es, por el contrario, el reflejo de una estrategia arriesgada que puede profundizar en las divisiones y alejar al partido del centro político?
