Ya sé que no es el caso, pero por si acaso estos editorialistas no están bien informados (y leyeran esto, que no creo) les diré que no, que se equivocan, que las huelgas (la de marzo y la de ayer) no se han hecho contra España, ni siquiera contra el Gobierno de España (el de Rajoy, ése al que estos mismos editorialistas desprecian a menudo por su tibieza), sino contra unas políticas concretas que, a base de recortes económicos, sociales y de derechos, nos están empobreciendo a todos, mientras los de siempre se están forrando (como siempre). Ya sé que ellos preferirían que cada quien ocupase el lugar que le corresponde en el orden social (quienes deben mandar, mandando; quienes deben obedecer, obedeciendo) pero no es así, porque afortunadamente hay gente pobre que prefiere no ser pobre.

Esta derecha de España, rancia, extrema y soberbia lleva años (más de cien años) repitiendo la misma idea: solo se es español de una manera (la suya, claro), lo demás, es antiespaña, contra España, odio a España. Esta derecha prepotente y gris no soporta no tener el monopolio ideológico en el que se crió. Por eso para estos nacionalistas quienes no piensan como ellos no son (no somos) auténticos españoles, y, cuando han podido, nos han impuesto a todos ese modelo cutre y casposo de España, esa españolina que excelentemente ha descrito Millás: un jarabe hecho a base de mierda de cuartel y orín de sacristía.

En fin... Lee (lee mal, muy mal, rematadamente mal) Cristina Díaz, directora general de Política Interior, que la huelga ha transcurrido con normalidad. Más de cien detenidos (118 ha dicho). Más de setenta heridos. Con normalidad.

Jesús Pichel es filósofo y autor del blog ‘Una cuerda tendida’