El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en un pleno del Congreso de los Diputados. EFE

 

 


El Partido Popular está ya en campaña. Se nota con las apariciones casi diarias con las que prodiga en los medios Mariano Rajoy, que ya no se esconde detrás del plasma, y, también, con los movimientos que desde Moncloa se hacen para contentar a las grandes cadenas de televisión. El Gobierno sacará a subasta este abril entre cinco y seis nuevos canales, con los que busca compensar a Mediaset y Atresmedia, que perdieron licencias de TDT después de una sentencia del Tribunal Supremo que ordenó el cese de emisiones, en diciembre de 2013.

Otro paso atrás
Con la mirada puesta en las citas electorales, el Gobierno da otro paso atrás, como hizo con la reforma del aborto, la bajada en el IRPF o la vuelta a la sanidad de los inmigrantes sin papeles. Ahora, toca contentar a las grandes cadenas y, según adelantó el pasado 31 de marzo El Confidencial Digital y cuenta hoy El Confidencial, el Ejecutivo tiene previsto avalar su decisión de manera inminente, pudiera ser en el Consejo de Ministros del próximo viernes.

Sáenz de Santamaría se reunió con Lara en enero
A todas luces, una jugada con la que busca apoyos al PP de los dos grandes grupos de comunicación en un año electoral clave. El Gobierno convocará un concurso que permitirá a Mediaset, Atresmedia y 13 TV, de la Conferencia Episcopal, sacar su tajada en el reparto de los nuevos canales, que podrían ser adjudicados en septiembre próximo.

Según El Confidencial, ha habido quejas desde La Moncloa por las críticas al Gobierno desde Cuatro y La Sexta, que trasmitió la propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en enero pasado, al fallecido José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, en una reunión mantenida en Barcelona, en la que le habría pedido al empresario que rebajara el apoyo a Podemos, con la aparición habitual en La Sexta de Pablo Iglesias y los suyos en las tertulias políticas.

Habrá que esperar a ver cuál será la reacción de las cadenas
La suspensión de los nueve canales de televisión (Mediaset perdió dos y Atresmedia, tres; Unidad Editorial y Vocento también perdieron otros dos cada uno)  provocó que las relaciones entre las cadenas y el PP se volvieran difíciles, mientras se dejaba espacio más que suficiente a Podemos o Ciudadanos.

El Gobierno quiere revertir la situación, pero el nuevo reparto de canales puede no contentar suficientemente a los dos grandes grupos, que quieren que el Gobierno resuelva primero el futuro de los ocho canales pendientes de una nueva sentencia del Supremo, según han explicado al citado diario fuentes del sector, que reconocen las presiones desde Moncloa sobre las líneas editoriales de los medios.