Sugerencias, dicen, que el Gobierno de Samarás deberá valorar: abaratar aún más el despido, flexibilizar aún más el mercado laboral (haciendo de los sábados días laborables como los demás y eliminando las limitaciones a los cambios de turno y a la movilidad de los trabajadores, por ejemplo), rebajar aún más las cotizaciones sociales a las empresas, etc. ¿Les suena?

Para esta troika fundamentalista y neoliberal, da igual que los griegos hayan perdido ya un 50% de su poder adquisitivo. Da igual que la pobreza sea ya evidente entre la población. Da igual que ya no puedan más. Hay que pedirles más, empobrecerles más, hacerles pagar, hacérselas pagar. Todo, con el falso reclamo de sanear la economía y permanecer en el euro y el verdadero propósito de proteger a los bancos alemanes, que han sido los verdaderamente rescatados.

Pero, ¿y si no solo están mirando a Grecia? Más parece que lo que quieren es hacer de Grecia el espejo donde deben mirarse los países del sur europeo. Y España, a un paso del rescate, tiene dónde ver con claridad su futuro. ¿Pensábamos que ya tendrían suficiente con lo que nos han recortado y empobrecido a los trabajadores? Pues no, no tienen suficiente: quieren más y nos lo están mostrando en las barbas de nuestros vecinos del mediterráneo.

Jesús Pichel es filósofo