Hace ya unos días que ElPlural.com desvelaba la terrible situación que vivían las trabajadoras de la limpieza del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes (Madrid), quienes sufren un grave acoso laboral que ha ido en incremento con el paso del tiempo. Las limpiadoras, que ya padecían algunos casos de ansiedad y depresión debido a su más que hostil entorno laboral, decidieron organizarse formando un Comité Interno por el cuál no tardaron en llegar represalias totalmente improcedentes. Despidos sin explicación aparente, amenazas o intromisiones indebidas en la vida personal de las empleadas fueron algunas de los ‘castigos’ que la empresa a la que el Hospital subcontrata estos servicios, Acciona, comenzó a aplicar sin miramientos.

Ahora, cuatro empleadas de la plantilla han vuelto a hacer declaraciones sobre su desesperada situación y cómo afecta a su salud mental. Una de las empleadas denunciantes explica que "te afecta el venir y el que no sepas qué va a pasar contigo, porque juegan con tu salud". "Te recargan de trabajo, te mueven muchísimo, te crea ansiedad y miedo, por la noche no duermes.... Piensas en tirarlo todo por la borda, pedir una excedencia o pedir un traslado, lo que sea por no venir a trabajar", cuenta para este medio. 

Ya durante la pasada semana, los testimonios de las trabajadoras, que se encontraban en el límite de su paciencia y salud mental ante abusos constantes, arrojaron luz sobre cómo la empresa empleó un patrón sistemático de menosprecio e intimidación con sus empleadas. “Están completamente sometidas. Desde hace 10 años la cosa lleva poniéndose cada vez peor. Las meten al despacho, se entrometen en su vida personal, las dejan neutralizadas y con un miedo que hace que haya muchas bajas y problemas", explicaba para este periódico, P, una de las trabajadoras denunciantes. Al ser preguntadas por qué está ocurriendo esto, todas las entrevistadas coincidían en la intención de la empresa de ahorrarse contratos y costes económicos a través de la guerra psicológica. 

Un ‘modus operandi’ a través del cual la administración minaba de manera continua a la plantilla. Entre las estrategias aplicadas, una muy repetida en este sentido y de la que las trabajadoras se quejan es la realizada por las encargadas que se encuentran a su cargo. “Van detrás de ellas a ver cómo limpian, pasan el dedo por las superficies para ver si se han dejado algo de polvo en alguna parte, hacen comentarios con la clara intención de herir la sensibilidad de las trabajadoras...", contaron en su momento las empleadas a través de su representación sindical.

Hoy, una de ellas añade un episodio que vivió hace pocos días con una compañera en el trabajo por estos mismos motivos. "A una compañera le habían avisado de que había una consulta sucia, y es que ella ya avisó de que no le da tiempo a hacer todas las consultas. Y vino la supervisora y le hizo fotos. No puedes hacer eso para llamarle la atención a una persona que ya te ha avisado y que lo está pasando mal porque no le da tiempo a hacer seis pasillos con sus consultas", cuenta la trabajadora.

La mujer continúa compartiendo algunas de las represalias a las que ella y sus compañeras están expuestas. "Hay compañeras a las que se las acosa o se les intenta callar. Les ponen pruebas para meterles una sanción, juegan con eso", explica. Cosas como avisar de cambios de horario sin antelación, o despidos improcedentes por el hecho de negarse a doblar turnos son algunas de las represalias que se utilizan para silenciar a las empleadas. 

Condiciones laborales nefastas e insultos casi diarios

Las empleadas no sólo han denunciado el abuso continuo que sufren, sino también las condiciones generales que se dan en el entorno laboral. "Son pésimas. Aparte de las formas que tienen de hablarnos, no disponemos de material. Nos acosan, nos sancionan, nos insultan. Hay personas que han estado de baja hace poco y se han ido escuchando comentarios de que esas personas se han dado la baja aposta. Juegan con tu vida privada, no hay una conciliación familiar como dicen, te espían... Están todo el día detrás de ti", narra otra empleada sobre estas cuestiones.

Cuando se les pregunta por los insultos y faltas de respeto que reciben por parte de la supervisión, varias coinciden en que es algo frecuente, y hasta enumeran algunas vejaciones que oyen de manera constante. "¿Insultos? 'Eres una mala trabajadora, trabajas mal, no limpias bien...'". "De cara a nosotras no nos faltan al respeto en ese sentido, pero en el despacho sí que nos ponen motes", confiesa una de ellas. La misma mujer también desvela que sus superiores las espían. "Hay personas que han estado en varios puestos de trabajo y a través del ojo de buey han estado ahí observando a ver qué haces y qué no haces", explica. Un tercer testimonio de otra trabajadora coincide. "No nos tratan como personas, aquí hay testigos que nos han visto: auxiliares, enfermeras… Se echan las manos a la cabeza de cómo nos hablan, el trabajo que tenemos, ellas misma lo ven y se echan las manos a la cabeza", asegura.

Según cuentan las propias trabajadoras, se han visto obligadas a convivir con el miedo en su entorno de trabajo, algo que le pasa factura a la salud. "La plantilla, la mayoría, está toda de baja. Por depresión, la mayoría porque tiene miedo a venir a trabajar. Anímicamente esto te va matando. Un día y otro día, tienes miedo de venir, no sabes dónde te van a poner, no sabes lo que te van a decir. Te llaman a la oficina y ya bajas con miedo, coges el ascensor: 'madre mía, ¿qué me van a decir?'".

El denominador común de todos los testimonios es la intimidación que utiliza la empresa como herramienta de coacción. "La llaman al despacho, la meten dentro, le meten miedo", cuenta otra de ellas. "Si no les haces caso, en vez de estar en un puesto de trabajo más o menos cómodo, te ponen en lo peor, pues por ejemplo, la noche". La estrategia de los cambios de turno también es muy frecuente para marear y desestabilizar a las trabajadoras como represalia por cualquier comportamiento. "Cualquier cosa que tenga que ver con no ser sumisa, ya les meten en el despacho y les tapan la boca", zanja una de las denunciantes.

Síguenos en Whatsapp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes