Desde hace un tiempo, Vox ya se ha quitado de encima todos los complejos de inferioridad y le mira de tú a tú tanto a Ciudadanos como al Partido Popular. Un envalentonamiento en el que mucho ha tenido que ver el ascenso imparable de la formación ultra en las encuestas, aprovechándose del naufragio de populares y naranjas.

El último ejemplo de esto lo tenemos en las elecciones autonómicas catalanas, donde Vox (11) consiguió más escaños que la suma de Cs (seis) y PP (tres). Es tal la crisis de populares y naranjas, que recientemente el presidente de la formación ultra, Santiago Abascal, no ocultaba en una entrevista concedida a 'El Mundo' su “preocupación” por la situación de estos partidos. “Vox no puede representar a todo el espectro político […] Vox es un partido con un programa claramente distinto. Tenemos la responsabilidad de ofrecer esas alternativas en solitario y otros tienen la responsabilidad de fusionarse”, señalaba el dirigente ultra.

Un poderío de Vox que la formación ultra quiere ahora aprovechar para conseguir que PP y Cs cedan ante sus medidas más extremas, valiéndose de la enorme dependencia que tienen populares y naranjas de la formación ultra en aquellas regiones en las que gobiernan gracias a ellos (Región de Murcia, Andalucía y la Comunidad de Madrid).  

A vueltas con el pin parental

En este sentido, este martes Vox ha vuelto a condicionar el apoyo a los Presupuestos de Madrid y Andalucía a la implantación del pin parental, tal y como ha sucedido en Murcia. “Lo único que se pide es que se cumpla lo que se pactó por escrito”, ha subrayado el portavoz de los ultras en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. “Es simplemente tener libertad para decidir si quieren que sus hijos escuchen ciertas cosas en colegios y, si no quieren, que no lo escuchen”, ha añadido.

No obstante, las exigencias de Vox se han vuelto a encontrar, al menos de momento, con el portazo de PP y Cs tanto en Madrid como en Andalucía. “Creo que la prioridad de los madrileños no es el pin parental. Espero que Vox rectifique y lo elimine de sus exigencias ante la negociación de los Presupuestos”, ha replicado Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid. Mismas declaraciones ha realizado su homólogo andaluz, Juan Marín: “El pin parental no se va a implantar”.

Más contundente se ha mostrado el consejero de Transportes y Movilidad de la Región, Ángel Garrido (Cs), quien ha definido la medida de los ultra como “pin neandertal que solo se nos ocurre ver en vintas de NODO de hace muchísimos años”.

De momento, ni la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ni el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, se han pronunciado al respecto. No obstante, ambos dirigentes populares ya se posicionaron en su momento en contra de la medida de los ultras. “No lo voy a permitir. No contemplamos el pin parental porque consideramos que es una intromisión en la labor del docente”, dijo en un pleno la líder del Ejecutivo madrileño.

Menos tajante se ha mostrado recientemente Moreno Bonilla, después de que Vox anunciara que dejarían de apoyar al Gobierno andaluz hasta la implantación del veto parental. “Transparencia para que los padres tengan libertad de elegir la educación de sus hijos. Eso es lo que hemos firmado y acordado, y lo que se va a llevar a cabo”, destacaba el pasado 25 de febrero el presidente de la Junta en un pleno.