Izquierda Socialista (IS), la corriente de opinión interna del PSOE, ha reunido a su Comisión Permanente para analizar los resultados electorales, la situación política actual, previsibles acuerdos con nacionalistas y su posición con relación a la más que previsible investidura de Pedro Sánchez

Analiza Izquierda Socialista que el PSOE, a pesar de haber obtenido 7.760.000 votos, un millón de votos más que en las anteriores elecciones (unos 300.000 menos que el PP), solo pasa de 120 a 121 diputados. La disminución en diputados de las otras izquierdas agrupadas en SUMAR (obtiene 31 escaños), produce que la suma de ambas fuerzas no obtenga la mayoría suficiente para formar Gobierno. En Euskadi el PSOE obtiene 5 diputados, los mismos que obtienen BILDU y el PNV. El PP obtiene dos y SUMAR obtiene uno. En Catalunya el PSC sube y gana las elecciones con 19 diputados, le siguen SUMAR, ERC y JUNTS con 7 escaños cada uno, el PP alcanza 6 y VOX se mantiene con 2.

Obligación y necesidad de buscar alianzas más allá de SUMAR

Derivado de estos resultados, la corriente de opinión cree que nos hallamos en un escenario que obligan al PSOE y a SUMAR a buscar alianzas con otros grupos parlamentarios para alcanzar la mayoría suficiente y poder formar un nuevo Gobierno de progreso en España. El Rey ha encomendado al presidente del PP la tarea, que parece imposible, de alcanzar en la sesión de investidura del 27 de septiembre una mayoría suficiente para formar Gobierno.

Tres bloques políticos

Para la Comisión Permanente de IS, este plural escenario post electoral, reflejo de la diversidad sociológica e ideológica española, configura, sucintamente, tres bloques políticos: uno con fuerzas de derechas (PP y VOX), otro con fuerzas de izquierdas (PSOE y SUMAR) y otro con fuerzas nacionalistas heterogéneas (ERC, JUNTS, PNV, BILDU). Han sido las variadas alianzas entre las fuerzas políticas de estos tres bloques las que han ido configurando, en el tiempo, las distintas modalidades del Gobierno en España. Ahora son las fuerzas de izquierdas españolas con las fuerzas nacionalistas, las que pueden alcanzar las mayorías parlamentarias suficientes para formar un nuevo gobierno progresista en el Estado.

Radicalización de las “derechas” y apoyo a un Gobierno de progreso

Las derechas españolas, mantiene la Comisión Permanente de IS, “ante la dificultad de desplazar del Gobierno de España a las fuerzas de izquierda y de progreso, han radicalizado sus posiciones y tratan de evitar, sin saber muy bien cómo, la formación de un nuevo Gobierno que, con un actualizado programa y correspondientes políticas, avance en respuestas democráticas, desde la libertad y la igualdad, a los graves conflictos presentes”. Continúa el análisis sosteniendo que las derechas tienen pavor a estos acuerdos y alianzas que, fracasada la investidura de Feijoo, pueden alumbrar un nuevo Gobierno de progreso en España, capaz de orientar al Estado español hacia una potente estructura federal en la que las nacionalidades que lo componen compartan su arquitectura. Un Gobierno capaz de consolidar y desarrollar políticas económicas y sociales que avancen decididamente por la senda de la igualdad, la memoria democrática, la justicia social y climática, el desarrollo sostenible y el feminismo. Un Gobierno que fortalezca la democracia, la participación ciudadana y los derechos humanos. Con un horizonte que deseamos republicano.

El contexto europeo e internacional

El marco político y económico europeo e internacional, en el que interactúa el sistema político y económico español, se caracteriza por una gran tensión e incertidumbre, derivada de los importantes cambios geopolíticos que se están dando en el mundo como resultado de la confrontación estratégica entre viejas y nuevas potencias, el gran desarrollo técnico y científico y las nuevas formas de explotación y dominación que están apareciendo. Entre esos cambios señalamos la salida de Gran Bretaña de la UE y sus efectos sobre la credibilidad y fortaleza del proyecto; la pandemia y sus secuelas sobre el sistema sanitario y la industria farmacéutica; la emergencia climática cada vez más intensa y la necesidad de una seria transición ecológica; el agotamiento de las políticas neoliberales dominantes y la resistencia a aplicar alternativas; la transición de un mundo bipolar a otro multipolar con la lucha de poder que conlleva; el empuje de las nuevas derechas en EE.UU. y la UE, con los correspondientes riesgos de involución democrática; la consolidación de China, como gran potencia y su notable influencia intercontinental; la guerra en Ucrania y sus consecuencias sobre una nueva carrera armamentística y una nueva guerra fría (EE.UU.- U.E.- OTAN de un lado y Rusia-China del otro, cada uno de esos dos bloques buscando aliados y zonas de influencia). Sin olvidar el desarrollo y ampliación de los BRICS como nuevo actor internacional junto al G77+China, las crisis energéticas y las dificultades del paso de las energías fósiles a las renovables, las crecientes desigualdades en el interior de los países y entre ellos con sus efectos sobre los flujos migratorios, la inflación que golpea a las capas populares, y las sucesivas crisis alimentarias. Sin olvidar la cercana desestabilización del Magreb y del Sahel, la cuestión saharaui, la palestina y las inacabadas guerras en Siria y en Yemen. Este nuevo marco incidirá en que un nuevo gobierno español de izquierdas y de progreso tenga que repensar algunas de sus políticas para poder avanzar por los caminos de la paz, la libertad y la igualdad en el mundo.

Posición de IS ante la posible investidura de Pedro Sánchez

En la actual coyuntura política, la corriente de opinión Izquierda Socialista-PSOE propugna la configuración de un gobierno de España, presidido por el compañero Pedro Sánchez, con un programa de izquierdas y de progreso, apoyado por una mayoría parlamentaria articulada con fuerzas políticas de ámbito estatal y autonómico. Hay que abrir la vía a una sesión de investidura, cuanto antes mejor, de la que salga un presidente socialista, un programa y un gobierno que trabaje por la convivencia y que, de respuesta a las esperanzas y anhelos de millones de trabajadores, a las personas mayores, a los jóvenes en busca de porvenir, a las mujeres en busca de igualdad y, en particular un gobierno que luche decididamente contra la violencia machista y de género. La cuestión catalana, que viene de lejos, requiere hoy de nuevos enfoques para seguir conviviendo pacífica y establemente. Nuevas políticas que no pasen por la represión, sino por el diálogo, la negociación, y el acuerdo entre las partes. El necesario reconocimiento de la identidad nacional de Cataluña, la reforma federal de la constitución y la del propio Estatuto de Autonomía de Cataluña, pueden permitir una votación del pueblo catalán para profundizar en su autogobierno. Ahora, se impone trabajar en soluciones políticas y legislativas, incluida alguna forma de amnistía, que logren avanzar en la solución de un conflicto que sigue vivo, así como restablecer la fraternidad y la colaboración entre los distintos pueblos de la “nación de naciones” que es España.

Informar a la militancia de los acuerdos a los que se llegue

Tanto las alianzas a establecer para formar un Gobierno de Progreso y las posibles soluciones políticas/legislativas para los hechos acontecidos en Cataluña, deberían ser consultadas por la dirección del PSOE, rápida e informadamente, a la militancia socialista. La corriente de opinión Izquierda Socialista, ya con una larga historia de más de cuarenta años, muestra su leal compromiso para conseguir los objetivos planteados. El pueblo español, con toda su diversidad plurinacional y pluricultural, necesita urgentemente un Gobierno que trabaje con ética, por la paz, la justicia social, la laicidad, la igualdad y la libertad, contra las desigualdades económicas y sociales, por la defensa del estado de Bienestar, y contra la involución de derechos preconizada por las derechas. Un gobierno capaz de encontrar y dar respuestas políticas a los múltiples problemas políticos existentes en el país. Apelamos a la conciencia y a la inteligencia de los partidos de izquierda y progresistas, empezando por el nuestro, para transformar las ideas y deseos en realidad política de gobierno. Sectarismos, dogmatismos o personalismos diversos no deben empañar las justas reivindicaciones de la ciudadanía.