El plan de desescalada anunciado por Pedro Sánchez no ha gustado a todas las administraciones autonómicas. El líder del Ejecutivo explicó este martes que se planteaba un escenario “asimétrico”, donde cada provincia podría ir avanzando en las distintas fases hasta alcanzar la nueva normalidad. Al margen de los indicadores públicos sobre los que se regirán los avances, la falta de fechas concretas o la falta de coordinación y transparencia previa con los partidos de la oposición, lo que reclaman distintos gobiernos regionales es que las provincias no pueden convertirse en la unidad de medida operativa.

Cataluña, Galicia, Comunidad Valencia, La Rioja y Castilla y León ya han manifestado que preferirían hacerlo por áreas o departamentos sanitarios de cada uno de sus territorios. También Baleares y Andalucía han reclamado que algunos de sus territorios entren el próximo día 4 directamente en la fase 1, saltándose así un escalón en la cadena fijada por el Gobierno. La consejera de Salud catalana, Alba Vergès, ha explicado que en Cataluña el sistema sanitario, educativo y policial está dividido en siete zonas, no aplicables a las provincias. Además, ha manifestado que también existen subdivisiones básicas de salud donde se incluyen los centros de atención primaria. “No es coordinación. Coordinación sería haber aprovechado los más de 30 años de experiencia de Cataluña en su gestión sanitaria”, ha lamentado Meritxell Budó, portavoz del Ejecutivo liderado por Quim Torra.

En la Comunidad Valenciana el tono ha sido menos bronco. El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha explicado que su propuesta no representa una “enmienda a la totalidad” del proyecto anunciado por Sánchez, sino la búsqueda coordinada para que “desde una perspectiva identitaria” se pueda hacer frente a la pandemia teniendo en cuenta las peculiaridades de cada uno de los territorios. Puig ha explicado que su administración cuenta con 24 departamentos de salud en torno a los hospitales de referencia con los que cuentan los valencianos.

En la misma línea de exposición se ha manifestado Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta de Galicia ha esgrimido que “el foco deben ser las áreas sanitarias, y el zoom deben ser comarcas o distritos sanitarios”.

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Otro popular, Alfonso Fernández Mañueco, ha insistido en la premisa y se ha sumado a la petición de sus homólogos, haciendo especial mención a que no se castigue sobremanera al medio rural subdividiendo la desescalada por provincias. El presidente de Castilla y León ha agradecido la segmentación geográfica, pero se ha sumado a la petición de reducir el espacio a áreas sanitarias que “controlen mejor los indicadores”.

El Gobierno ha escuchado todas estas demandas y se ha mostrado dispuesto a someterlas a debate con los expertos. Tal y como han explicado este miércoles tanto Fernando Simón como el ministro de Sanidad, Salvador Illa, es un plan abierto y que puede ir variando conforme avance la pandemia a lo largo de las próximas semanas. Un plan “dinámico” y “flexible” que todavía deja muchas preguntas en el aire, pero que, pese a las recomendaciones que llegan desde los poderes regionales, ha sido aplaudido y celebrado como un primer paso adelante para el desconfinamiento de la sociedad.