Ciudadanos enfila una semana decisiva para su futuro. La contienda por el poder orgánico llegará a su final este próximo fin de semana. El Congreso de la refundación será la guinda del pastel, tras haber pasado previamente por unas primarias agendadas para este miércoles y jueves. Un proceso que entra en su recta final y que ha estado plagado de acusaciones “entre compañeros”, señalamientos por ataques y presiones “inadmisibles” y cesarismo -ya sea entre bambalinas o públicamente-. Esta ha sido la tónica habitual de una campaña que culminará este lunes con la última gran batalla por el poder orgánico liberal tras la refundación: un debate a tres con los candidatos a la portavocía política del partido entre la representante oficialista y coordinadora de Baleares, Patricia Guasp, el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, y Marcos Morales, de una candidatura alternativa conformada por las bases de la fuerza naranja.

Resortes liberales se refieren a ello como un proceso estatutario y optan por no echar más leña a un fuego que ha ganado altura y crepita con fiereza. “Que se resuelva y a seguir”, comentan fuentes de Ciudadanos a este periódico, que no escapan a la deriva guerracivilista que ha adquirido la campaña de las primarias. La batalla por el poder orgánico ha enturbiado el camino hacia la refundación. Viejas brechas se han reabierto, fragmentando a la cúpula y, por ende, a todos los escalafones de un partido en coma desde 2019 que no supo digerir sus éxitos.

El vendaval de improperios se ha apoderado de un proceso interno que culminará esté miércoles y jueves, pero que antes contará con un último cara a cara entre los candidatos a asumir la portavocía política del partido. Este lunes, Patricia Guasp, emisaria de la lista que encabeza Adrián Vázquez y que cierra Inés Arrimadas; Edmundo Bal, portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, y Marcos Morales, representante de una candidatura edificada por la militancia, se verán las caras en el que será el último gran debate antes de que las bases emitan su veredicto final.

Ecos de la guerra sucia

Este cara a cara a tres bandas está marcado por la guerra sucia desatada entre la lista oficialista y la que encabeza Edmundo Bal, quien ha deslizado en más de una ocasión las presiones arrimadistas para evitar la inclusión de altos cargos en la candidatura del ex abogado del Estado. Twitter y los medios por los que han pasado los diferentes candidatos han sido campos de batalla dialéctico, donde incluso se han traspasado las fronteras del insulto y la descalificación.

Al menos así lo denunciaba Patricia Guasp, precisamente desde su perfil en la mentada red social, como respuesta a su adversario. Bal, en una entrevista concedida al diario El Mundo, cuestionaba la “idoneidad” de la coordinadora de Ciudadanos en Baleares: “¿Qué va a contestar [Guasp] sobre los temas que hemos planteado en un ayuntamiento, sobre cuál es la política del partido en una materia del Congreso? Si no está allí. Le darán un guioncito escrito, pero no podrá reaccionar de manera improvisada a cualquier pregunta. Es de una inidoneidad palmaria”, se preguntó el ex abogado del Estado.

La respuesta de Bal no fue bien recibida entre las filas oficialistas y la propia Guasp se encargó de responderla vía Twitter. Adjuntando la captura de pantalla, la líder liberal en las islas denunció la oleada de “ataques inadmisibles entre compañeros” y advirtió de que no tolerarán “mentiras, insultos ni condescendencia”. Un mensaje que la coordinadora de Ciudadanos en Baleares lanzó a su contrincante, con una mención expresa en su réplica, en la que manifestaba sus esperanzas de que éste debatiera en base a “proyectos” y con el “respeto hacia todos” por bandera.

Para Bal, Guasp es poco menos que una títere de Inés Arrimadas y de Begoña Villacís, adscrita a la candidatura oficialista. Precisamente a ambas lideresas acusa de utilizar a la coordinadora de Baleares para evitar el cuerpo a cuerpo con él. Alusión expresa que encontró la réplica de la vicealcaldesa en una dirección similar a la de su compañera, tras loar sus aptitudes. “Veo que algunos no te conocen. Mañana [por el debate de hoy] es un buen día para que lo hagan”, destacó la número dos de José Luis Martínez-Almeida en el Ayuntamiento de Madrid. “Si algo me gusta especialmente es debatir sobre ideas. Lo que no veo es que se articule un proyecto simplemente en torno a personas, o mejor dicho, contra personas. Y para lo primero me tienes cuando quieras. No como contrarios, sino como compañeros”, puntualizó la segunda edil, refutando las tesis de Bal.

La hostilidad entre las listas enciende el clima en las horas previas al debate, el último antes de que los más de 7.000 militantes naranjas decidan el destino de su partido. A un lado, el ticket Vázquez-Guasp con el beneplácito de Arrimadas; a otro, Edmundo Bal. Por el momento, la lista del ex abogado del Estado apenas obtuvo 700 avales, frente a los 1.367 de la candidatura oficialista. El partido entra en el tiempo de descuento.