Iván Espinosa de los Monteros ha decidido dejar la dirección de Vox y su escaño en el Congreso de los Diputados para regresar a la actividad privada. Con su abrupta salida, el partido de extrema derecha afronta la mayor crisis orgánica desde que llegó a las instituciones. Detallamos tres claves que explican por qué este adiós es tan importante para la formación ultra y los motivos por los que muchos consideran que estamos ante una “traición de Santiago Abascal”.

1. Iván Espinosa de los Monteros no es uno más en Vox: fundó por dos veces el partido con Abascal Vox

Iván Espinosa de los Monteros era mucho más que el portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados; era el fundador (por dos veces) del partido de extrema derecha.

Vox nació por primera vez el 12 de octubre de 2013 en el AVE de Barcelona a Madrid. Aquel día, Santiago Abascal regresaba de Barcelona a Madrid tras participar en la manifestación Som Catalunya. Somos España y ya había decidido que en las próximas semanas se daría de baja del Partido Popular y comenzaría una nueva aventura política.

Entre las personas con las que Abascal compartió viaje de tren se encontraban -además de su abogado en el desahucio, el hoy también defenestrado Javier Ortega-Smith-, el entonces desconocido promotor inmobiliario Iván Espinosa de los Monteros.

“En un posavasos de aquel AVE empezaron a anotar posibles nombres (para el nuevo partido político)... Fue una lluvia de ideas. Sólo sabían que no querían que en el nombre apareciera España, ni unidad nacional, ni nada así. Nada de Partido Nacionalista Español Y Muy Español”, explicó en su día el periodista Gonzalo Altozano, autor de la biografía de Abascal y presente en aquel viaje.

El segundo día que nació Vox también se encontraba presente Iván Espinosa de los Monteros. El 25 de mayo de 2014 Vox, encabezado por Alejo Vidal-Quadras, se quedó a menos de 2.000 votos de obtener su primer escaño en el Parlamento Europeo.

Esa noche había una catering en un hotel de la plaza de Colón de Madrid para seguir los resultados electorales, pero Santiago Abascal decidió irse a a cenar en secreto a un conocido restaurante de la calle Ayala en Madrid para refundar un Vox “sin artificios y contundente”.

En su mesa, entre otros, se reunieron de nuevo Javier Ortega Smith, Iván Espinosa y esta vez, su mujer Rocío Monasterio.

2. Su salida viene precedida por una guerra de poder interno, que ha perdido frente el ‘ala dura’ aupada por Abascal

El adiós de Espinosa de los Monteros viene precedida de una guerra de poder orgánica que ha perdido ante la denominada 'ala dura' y falangista del partido a la que Abascal ha aupado al poder.

Tal y como ha informado ElPlural.com, emalestar de Espinosa de los Monteros con los perfiles más duros que, encabezados por Jorge Buxadé, han ido acumulando poder en el partido de extrema derecha, era un secreto a voces.

Una guerra en el búnker ideológico del partido que ha acabado con la derrota del llamado 'sector liberal de Vox’.

Así, algunos de los colaboradores más cercanos de Espinosa de los Monteros han sido defenestrados en los últimos meses. Es el caso de Rubén Manso Olivar, Víctor Sánchez o Mireia Borrás.

Por contra, Abascal ha otorgado cada vez más poder a la sección liderada por Jorge Buxadé y de la que forman parte Kiko Méndez-Monasterio, Enrique Cabanas o Ignacio Hoces.

3. “La salida de Espinosa es una tracción de Abascal”, sostienen sectores del partido por su “indecente” trato al matrimonio

Más allá de la lucha de poder interna, sectores del partido consideran que “la salida de Espinosa es una tracción de Abascal”.

Todo ello a raíz del que consideran un “indecente” trato proporcionado por parte de Santiago Abascal al matrimonio Espinosa de los Monteros - Monasterio.

Para empezar, porque Espinosa de los Monteros y Abascal no han tenido contacto directo, y ni siquiera han hablado en los últimos dos meses. "Su relación se limitó a algún intercambio de mensajes", admiten desde el partido. 

En segundo lugar, porque Iván Espinosa de los Monteros considera que la nueva dirección de Vox ha llevado a cabo acciones encaminadas a arrinconarle políticamente, y causarle malestar personal. De hecho, la cúpula del partido ultra le llegó a proponer abandonar el Congreso y enviarle a Bruselas como eurodiputado-, además de propiciar la salida en listas de sus principales colaboradores.

Y finalmente, porque Abascal también habría proporcionado un “injusto” trato a su mujer Rocío Monasterio, aceptando una operación política parar relegarla paulatinamente del liderazgo del partido en Madrid a Rocío Monasterio  a la fundación Disenso.