El Partido Popular ya engrasa la maquinaria de la gran Convención Nacional que se celebrará el próximo mes de octubre. La promoción del gran evento ya ha comenzado en Génova y su función no será otra que la de relanzar el proyecto de Pablo Casado con el objetivo de afianzar la reunificación del centro derecha. Para ello, el jefe de los populares quiere que en el máximo órgano de dirección del partido se hable de futuro y no de un pasado oscuro personificado en José María Aznar y Mariano Rajoy, por lo que el plan del presidente de la formación es relegarlos a meros espectadores y despojarles de sus discursos habituales, según revela La Razón.

Pablo Casado buscó un golpe de efecto tras el inasumible resultado en las elecciones catalanas. El presidente del Partido Popular aprovechó la áspera derrota el 14-F para lanzar un mensaje rupturista con el pretérito de la formación colgando el cartel de ‘se vende’ a la sede de Génova. El edificio no iba a ser la única víctima, sino también el legado de sus dos predecesores más inmediatos, con una herencia judicial inasumible para el partido. 

Esa ruptura es la que pretende transmitir el Partido Popular en su Convención Nacional de octubre. Una cuchillada que seccione el nexo entre la dirección nacional actual y las pasadas, que deje patente que el PP ha cambiado y ha roto con una etapa envuelta en oscurantismo.

En la cúpula de Génova son conscientes de que no invitar a ninguno de los dos expresidentes supondría una fractura no con ellos, sino con el legado que aún queda en los estamentos del partido. La dirección nacional se ha movido como un equilibrista sobre la cuerda floja para no generar un enfrentamiento directo con quienes mantienen estrechos vínculos con los dos expresidentes.

Se trata de un sector que a día de hoy es residual, con escasa fuerza, salvo el caso del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El presidente gallego siempre ha dado la cara por Mariano Rajoy, uno de sus valedores, y ha defendido a capa y espada el “error” que sería para el Partido Popular enterrar el pasado, pues, para lo bueno y para lo malo, forma parte de la historia de la formación.

El propio Feijóo, en una entrevista concedida a La Razón a finales del mes de mayo, deslizaba que le encantaría ver tanto a José María Aznar como a Mariano Rajoy en la Convención Nacional. El gallego apuesta por “recuperar el respeto” hacia los expresidentes, algo de lo que adolecen en la actualidad los dos grandes partidos. El barón conservador cree que una imagen de ambos en el gran cónclave popular transmitiría un mensaje claro de “unidad”.

El PP sortea la polémica

Génova rehúye de la controversia que siempre acompaña a estas grandes citas cuando se refiere de la presencia de símbolos como Aznar y Rajoy. El foco mediático recae sobre ellos, escudriñando cada tímido gesto y empañando el mensaje que el partido busca transmitir en estos eventos.

Pero los escuderos de Casado saben que no le conviene una reivindicación del pasado, ni la transmisión de una imagen de tutelas, ni siquiera por parte del aznarismo. Las relaciones tanto con este sector – que aún pervive latente en el PP – como con el propio ex presidente se han congelado desde que el jefe de filas conservador despojó a Cayetana Álvarez de Toledo la portavocía del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.

El objetivo que se busca desde Génova es que la Convención sirva con un gran escenario de presentación de un proyecto nuevo, moderno, liberado de ataduras y de los errores de las administraciones anteriores. Ven la Kitchen como un polvorín que “abrasa” al presidente del PP aunque éste sortee la investigación judicial. En cuanto a José María Aznar, tiene a su favor la confrontación directa con Vox, pero la dirección nacional concluye que el pulso a Santiago Abascal lo tiene que dirigir el propio Casado libre de interferencias.

“Creemos”

El presidente del Partido Popular presentó el lunes en Madrid la Convención bajo el lema “Creemos”, donde habrá hasta 25 mesas temáticas, cinco por cada cariátide estratégica marcada por la formación. Los cinco debates se celebrarán en ciudades distintas, pero el gran acto tendrá lugar en Valencia para revitalizar al PP valenciano.