La desescalada en marcha incluye la convocatoria de elecciones en Galicia y Euskadi, postergadas sine die por el confinamiento. El Partido Popular se juega su futuro. En el País Vasco, después de la espantada de Borja Sémper y Alfonso Alonso, ante la ofensiva de Pablo Casado, se presentará una lista a imagen y semejanza del líder del partido. Pero en Galicia no ha podido quitarse de encima a Alberto Núñez Feijóo. Sus tres mayorías absolutas son un currículum demasiado sólido.

La previsible victoria en Galicia y el posible descalabro en Euskadi, pueden ser letales para el actual líder genovés. Feijóo lo sabe y por eso intenta diferenciarse cada día de Casado, mostrando una imagen de moderación que contrasta con la línea del PP estatal.

El número uno gallego es muy listo, pero no hay que olvidar que se trata de un personaje muy polémico. Ya publicamos, en su día, en ElPlural.com, sus dudosísimas relaciones con un multimillonario que le cedió su avión privado o el uso del coche oficial de la embajada de España en Buenos Aires. Él, que llegó por primera vez a la presidencia de la Xunta centrando su campaña en la crítica a la flota de coches oficiales de su antecesor, Pérez Touriño.

De esa época viene también la denuncia de la relación de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado. En medio de contradicciones de las que no ha podido sacudirse aún, pudimos ver fotos del presidente de la Xunta en el yate de Dorado. Algo que intentó presentar como un hecho puntual, pero que se supo que era una más de las  veces en las que compartieron vacaciones en grupo.

En el programa Lo de Évole, en el que entrevistó al narcotraficante, este le hizo un flaco favor al líder gallego, al afirmar “me condenaron para dañar a Feijóo”. Cuando Feijóo inició su amistad, en los años 90, con Marcial Dorado, era número 2 de la Consejería de Sanidad mientras que el narcotraficante ya había sido detenido en más de una ocasión. Feijóo no debe alegar, como pretende, desconocimiento acerca de la relación de Dorado con el contrabando o el narcotráfico.

El buen hacer de Feijóo en la gestión de la pandemia y su proyección de razonable hombre de Estado, que le diferencia de la predilecta de Casado, Isabel Díaz Ayuso, principal ariete del PP contra Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, pueden disparar positivamente su imagen en Galicia. Pero tiene al enemigo en casa. A Pablo Casado lo que le convendría sería una moderada victoria de Feijóo.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com

@enricsopena