Este martes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, inaugura su faraónico hospital de pandemias, Enfermera Isabel Zendal. El acto tiene un gran carácter propagandístico, porque el hospital no tiene todavía los sanitarios necesarios ni puede acoger pacientes. Además, solo se abre uno de los tres módulos del hospital, con una capacidad del 27% respecto al total de la obra. Pero ni siquiera la totalidad del hospital estará preparado dentro de meses, según denuncian los expertos en gestión hospitalaria, porque no contará con las secciones habituales que suele tener un centro de estas características. Algo que no ha tenido en cuenta Pablo Casado, el líder del Partido Popular, que ha hecho pasar un mal rato al director general de Infraestructuras Sanitarias, Alejo Joaquín Miranda de Larra Arnaiz, que hace de guía en la visita de los políticos, cuando le ha preguntado si hay quirófanos en el hospital.

Ante las críticas por el dispendio de la Comunidad de Madrid -lleva gastados casi 100 millones de euros, el doble de lo presupuestado- para un hospital de pandemias, un evento que ocurre casi de siglo en siglo, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha defendido que podría servir también para atender catástrofes, con el beneficio de que se encuentra junto al aeropuerto de Madrid Barajas. En un reportaje en El País, este martes, varios expertos analizan las carencias del hospital y José León Paniagua, doctor arquitecto en el Instituto de Salud Carlos III y experto en el diseño y construcción de hospitales del antiguo Insalud, se refería a la falta de quirófanos, lo que hace el centro inútil de cara a una catástrofe como, por ejemplo, un accidente aéreo. “¿Todo puede hacerse? Sí, pero actualmente no está preparado para eso”, señalaba Paniagua.

A la inauguración por todo lo alto ha acudido, en un gesto muy repetido en las instituciones madrileñas, Pablo Casado, que no ostenta otro cargo institucional más alla de ser presidente del PP. De hecho, en los posados ante el hospital, Casado tenía más relevancia que el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, o el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado. Pero el líder del PP ha puesto ha empañado el estreno cuando le ha preguntado al director de infraestructuras sanitarias, que hace de guía, si había quirófanos en el hospital. La pregunta, además, era pertinente porque justo en ese momento, Ayuso estaba presumiendo de que los pabellones se podían usar "para catástrofes, por ejemplo un accidente aéreo". "¿Hay quirófanos?", preguntaba Casado, a lo que la presidenta madrileña ha respondido con un tajante "sí", para después hacer un gesto de ignorancia con las manos y ser corregida por el director de infraestructuras. Tras un silencio incómodo, Miranda de Larra se ha escabullido de la pregunta señalando que "aquí lo que hay son salas de procedimientos, lo que llamamos salas de curas, donde se pueden hacer traqueotomías", que nada tiene que ver con un quirófano. 

No ha sido la única metedura de pata de Casado, que ha insistido en preguntar por el tamaño de las instalaciones, dejando en evidencia que los pabellones de IFEMA, la solución que implentaron en conjunto el Gobierno de España y la Comunidad de Madrid durante la pandemia, era igual de efectivo, sin gastarse 100 millones de euros. ¿De tamaño qué será, como un pabellón de IFEMA?", preguntaba Casado, que dejaba en evidencia otra vez a Ayuso: "Comparado con IFEMA no lo sé", decía la presidenta. A lo que Almeida salía raudo al rescate preguntado al guía: "¿De tamaño cuánto es Alejo?". "10.500 metros cuadrados", respondía éste. A lo que Casado incída: "¿Qué puede ser como un pabellón?". "Un poquito más pequeño", respondía el director general, "en IFEMA había dos muy grandes de unos 20.000 metros cuadrados. Llegó a haber activos dos, uno de 20.000 y otro de 16.000 metros, y estos son tres de 10.500 metros".