El caso Negreira ha pasado varias semanas en stand by, al menos lo que se refiere a actualizaciones informativas, pues en el día a día no ha perdido resuello en las tertulias o las discusiones tuiteras. Según publica este miércoles El Mundo, el FC Barcelona camufló los pagos al ex número dos del Comité Técnico de Árbitros (CTA) entre gastos relativos a las “relaciones públicas” durante la primera etapa de Joan Laporta como presidente de la entidad. Las facturas remitidas por la mano derecha de Victoriano Sánchez Arminio a través de sus sociedades (Dasnil y Nilsad) por presunto “asesoramiento técnico se entremezclan con gastos tales como entradas para jugadores, compra de camisetas conmemorativas, comidas de trabajo del presidente o regalos para compromisos varios.

La investigación de El Mundo se circunscribe al periodo comprendido entre 2003 y 2010, es decir, durante el primer mandato de Joan Laporta. En los libros de contabilidad del club, tal y como ha publicado el citado medio, se recogen las facturas remitidas por José María Enríquez Negreira al club con los habituales conceptos de “asesoramiento técnico”, junto a unos importes que fluctúan. Por ejemplo, en la primera temporada Laporta al frente del club, el ex vicepresidente del CTA facturó unos 145.758 euros con sus sociedades, aumentando la cifra hasta los 152.186 euros dos temporadas después. No obstante, el mayor incremento de sus emolumentos se registró en el ejercicio 09/10, cuando, sin percibirse algún cambio sustancial, remitió recibos cuyo sumatorio asciende a los 573.398 euros.

El 13 de enero de 2006, según los balances correspondientes a este ejercicio, la directiva de Laporta destinó 52.500 euros a las empresas de Negreira. Este pago figura en los registros contables entre la compra de un reloj para la “Sra. Figueroa” por valor de 3.300 euros, pero también junto a la adquisición de palcos para la final de la Champions de ese mismo año que acabarían ganando los culés, por un montante de 54.400 euros. En la partida de Negreira aparecen cientos de miles de euros con la justificación de “invitaciones París”.

Durante esos años, la ingeniería contable del Barcelona echó humo y diseminó los abonos al excolegiado por otros departamentos. Enríquez Negreira percibió un total de 20.385 euros el 6 de agosto de 2008 con su sociedad Nilsad por presuntos trabajos de “asesoramiento”, situando estos y otros pagos en fechas similares entre los gastos del “primer equipo del FC Barcelona”. Así ocurrió también en el mes de marzo, cuando cobró la misma cantidad, aunque en este caso se justificó con base a “asesoramientos de vídeos técnicos” en periodos en los que no había competiciones oficiales, lo que sugiere que, presuntamente, los pagos se dividían por mes.

Un año antes, Enríquez Negreira cobró de nuevo por los citados servicios a través de facturas con montantes que oscilaban entre los 63.106 euros y los 10.217. De nuevo, figuran en los registros contables como gastos del primer equipo. En 2006, a través de Dasnil, el ex número dos del estamento arbitral percibió 48.600 euros por la supuesta elaboración de “grabaciones deportivas”.

Hacienda reclamó al FC Barcelona la relación de los pagos en el marco de una investigación que comenzó poco antes de concluir la presidencia de Joan Laporta. La Agencia Tributaria inició la inspección el 1 de junio de 2010, para dirigirse a la entidad culé el día 5 del mes siguiente, con Sandro Rosell en lo alto de la cúspide blaugrana.

En aquel momento, el Fisco reclamó al Barça los pagos comprendidos entre los ejercicios 2005 y 2008 con el fin de escudriñar la tributación del impuesto de sociedades, el IVA o las retenciones de los contratos de los profesionales. La investigación se extendió durante varios años, aunque en aquel momento, Hacienda no reparó en ellos y los aceptó como gastos deducibles sin más.

Los ingresos a Negreira Jr.

Entre los documentos solicitados por Hacienda, emergieron entonces los pagos a Soccercam, la sociedad de Javier Enríquez, hijo del exvicepresidente del CTA, en 2005. Los ingresos se producen en paralelo a los que percibían las otras dos empresas del padre, por lo que el vínculo con Negreira Jr. era anterior. En ese año, la firma del vástago del número dos de Sánchez Arminio percibió hasta cuatro ingresos; tres de ellos por valor de 5.108,60 euros, en agosto, octubre y noviembre, y otro por 10.217 en diciembre. Relación anterior a la que mantendría con el hijo de Negreira y cuyos servicios los facturaba una sociedad del ex directivo del FC Barcelona fallecido Josep Contreras.

De hecho, no fue hasta una década después cuando Hacienda ha desenmarañado la robusta tela de araña tejida con esmero durante años en el fútbol español, destapando uno de los mayores escándalos del balompié patrio, al comprobar que los culés pagaron 7,5 millones de euros a Negreira durante dos décadas de presunto asesoramiento. Unas labores que, por cierto, carecen de justificación documental. De hecho, en los interrogatorios del Fisco al ex colegiado, Negreira explicó que cobró del club para conseguir que los arbitrajes “fueran neutrales” con los culés. En 2018, la relación entre ambas partes acabó, coincidiendo con la salida del exárbitro del CTA y tras enviar dos amenazadores burofaxes al Camp Nou, donde admitió que cobró por “favores y confidencias”, además de asegurar que el trato con los presidentes era directo.