Cuando en la noche del domingo compareció, cariacontecido, para aceptar su tremenda derrota -"no lo esperábamos"-, Juanma (como le gusta que le llamen) Moreno Bonilla estaba solo. Y con esto queremos decir que ninguno de los líderes nacionales de su partido que le habían situado allí, y que se habían implicado a fondo en la campaña, le escoltaban... Ni siquiera los ministros andaluces, Montoro y Fátima Báñez, por ejemplo, que sí estuvieron junto a Javier Arenas tres años antes.

Cierre de campaña..., el último de los ocho viajes 'mitineros' de Rajoy a Andalucía. Aún había motivos para la risa. Foto EFE



Su amigo del 'clan de Becerril'
Moreno Bonilla, de repente, era un apestado. Sin embargo, la derrota no es suya. En realidad hay muchas razones para decir que la pérdida de 17 escaños por parte del PP tiene un padre y una madre muy claros: Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, quienes le pusieron ahí, y que, conscientes de lo que se jugaban, apostaron como nunca antes en un proceso electoral autonómico.

Para empezar a repartir responsabilidades hay que recordar cómo se eligió a Juanma. Se lo contamos en su momento en ELPLURAL.COM. Bonilla saltaba a la candidatura del PP andaluz impulsado por sus dos grandes valedores en Moncloa, la propia vicepresidenta, que había coincidido cuando ambos desembarcaban en Génova, 13 como jóvenes cachorros promesa. Pero aún más le vino a apoyar el otro hombre clave en el entorno 'monclovita' de Rajoy, su jefe de gabinete, Jorge Moragas, que como desvelamos aquí es un íntimo de Bonilla desde la época en que los dos se agrupaban entorno a Alejandro Agag en lo que se conoce como 'el clan de Becerril', los adoradores en su origen del 'becerro de oro', José María Aznar.

"Susana, este se ha venido arriba, la que te espera, bonita"... Soraya dixit. EFE



Frente al deseo de Cospedal
A hombros de Soraya y Moragas llegó el nombre de Bonilla a la mesa de Rajoy, que lo aceptó, sumándose así a lo que se interpretó, no había otra forma de hacerlo, como una bofetada en mitad de la cara de Cospedal. Y decimos esto porque era notorio, y mucho lío interno hubo, que la secretaria general y supuesta 'mandamás' en Génova tenía otro candidato, José Luis Sanz, el hombre que realmente querían el PP andaluz... y Cospedal, que veía con él la forma de hacerse con ese granero de poder en su perenne pulso abierto con la vicepresidenta.

Soraya, consciente de lo que se jugaba, ha visitado varias veces Andalucía durante la campaña. Y de hecho ha dejado la frase mitinera que quizás se vaya a recordar en el futuro, para su desgracia vistos los resultados finales: "Susana, éste se ha venido arriba, menuda campaña te epera, bonita". Frase desafiante que la ató ya a los resultados finales definitivamente, y que ella remató con otra no menos comprometida: "Juanma está donde quiere estar".., y yo he querido ponerle, debería haber añadido.

Soraya y su papel en el peor resultado del PP en 25 años
En este sentido, la derrota histórica de 'Juanma' (el PP no obtenía tan malos resultados desde hacía 25 años, cuando en 1990, el PP se presentaba por primera vez como tal frente a un Chavez arrollador que se hizo con una mayoría absoluta de 62 escaños) es una derrota de Soraya.

Aunque claro, no menos implicado en la derrota resulta Mariano Rajoy, que ha evitado aún pronunciarse, y que no sólo aceptó aliarse con su vicepresidenta y su jefe de gabinete, y frente a Cospedal,  en  favor de Juanma, sino que se entregó con un furor mitinero desconocido en un político, como se sabe, tan poco aficionado a estas actividades.

Rajoy se implica con Juanma desde el día uno
Una resistencia que Rajoy ha superado esta vez, consciente de lo que se jugaba su partido en el escenario cambiante de la política del momento, y que le ha llevado casi a trasladar su residencia a Andalucía este mes de marzo. Un esfuerzo que tuvo su aperitivo en el acto con el que se abrió la campaña del PP, un desayuno en el hotel Ritz, en el que Bonilla era la estrella, y Rajoy hizo de introductor.

Rajoy y Bonilla en el acto de lanzamiento de la campaña en el Ritz. Foto EFE



"(Moreno Bonilla) es la alternativa más prometedora para los andaluces", dijo un presidente del Gobierno que cometió el primer error al que la presidenta de Andalucía se sumo de inmediato con gusto: convertir la campaña en su pulso personal con Susana Díaz. El presidente acusó a la socialista de convocar las elecciones "por intereses personales y partidarios", y le advirtió de que "puede llevarse una desagradable sorpresa". La presidenta andaluza, agradecida, en cada mitin ignoró a Juanma y se dedicó a lanzar puyas a Rajoy.

El doble de viajes de Rajoy a Andalucía que a 'las gallegas'
Lo cierto es que si Soraya "bonita"  viajó en varias ocasiones en la campaña a Andalucía, Mariano Rajoy batió su récord en unas autonómicas. No hay más que consultar su agenda en este mes. Después del acto preelectoral en el Ritz, viajó a Sevilla para un mitin el 1 de marzo; cinco días después escapó del Consejo de Ministros a la carrera para asistir a otro mitin en Jerez; el 14 doble taza mitinera, por la mañana con los 'Emprendedores y Autónomos' en Córdoba, y por la noche en Granada; al día siguiente, en Almería; dos después, el 17 de marzo acto en Málaga, y el viernes, escapada desde Bruselas para asistir al cierre de campaña de nuevo en Sevilla. Tan sólo Jaén y Huelva se quedaron sin escuchar a Rajoy en los ocho actos de campaña.

Para hacerse una idea de lo que esto supone para el presidente de Gobierno nada mejor que comparar con dos datos, sus visitas a Andalucía (sólo seis actos institucionales en tres años), y lo que hizo en las últimas elecciones en su tierra natal. En septiembre y octubre de 2012, Rajoy viajó cuatro veces, la mitad que esta vez, a apoyar a Feijóo. Los mismos viajes que realizó, por cierto, a otra campaña crucial, la de las autonómicas vascas, donde lo que se jugaba era el regreso del gobierno de Euskadi a manos de un gobierno del PNV.

Por el desafío que lanzó a Susana Díaz, por su implicación.., por la elección de Juanma Moreno Bonilla, no se puede negar que Mariano Rajoy ha sido el otro gran derrotado de estas elecciones en Andalucía, que tanta lectura abre cara al futuro. Como dijo él mismo en el acto del Ritz a la presidenta andaluza, estas elecciones acabaron convirtiéndose en "una desagradable sorpresa".