El portavoz del Partido Popular en el Congreso, Miguel Tellado, ha protagonizado este miércoles uno de los momentos más broncos de la sesión de control al Gobierno, al cargar duramente contra el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños. En un tono abiertamente despectivo, Tellado ha definido al ministro como “el picapleitos de la familia Sánchez Gómez” y ha insinuado que debería estar “preocupado” por lo que Pedro Sánchez piensa de él, en alusión a los mensajes privados entre el presidente del Gobierno y el exministro José Luis Ábalos, filtrados recientemente por El Mundo.
El dirigente popular ha aprovechado esa filtración para lanzar una batería de acusaciones personales contra Sánchez, al que ha tildado de “mezquino, déspota y cínico”. Además, no ha dudado en elevar el tono, afirmando que el presidente “es el capo de una trama de corrupción” y que su Gobierno tiene ya “más imputados que ministros”. Según Tellado, el Ejecutivo está colapsado y sus miembros viven bajo las “vejaciones” de un presidente autoritario.
Félix Bolaños no ha dejado pasar las acusaciones sin responder. En un tono sereno pero firme, ha recordado que el Consejo de Ministros acaba de aprobar la reforma del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, una medida que el PP llevaba tiempo exigiendo. “Pensé que iba a tomar la palabra para felicitarnos”, ironizó. A continuación, defendió su gestión y reivindicó que su ministerio está llevando a cabo “la mayor transformación de la Justicia en décadas”.
El Papa busca cardenales
El ministro también aprovechó para lanzar un dardo envenenado a Tellado y al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en plena efervescencia interna del partido conservador por la celebración de su congreso nacional en julio. “Feijóo está buscando personas solventes y con criterio. Quizá debería respetarse un poco más”, le sugirió al portavoz popular. E ironizó sobre el futuro incierto del líder de la oposición: “El papa Feijóo busca cardenales, pero no descarte que los cardenales acaben eligiendo otro papa”.
La portavoz de Vox, Pepa Millán, se sumó a la ofensiva desde la ultraderecha, acusando al Gobierno de vivir sumido en “una catástrofe tras otra”, con “imputaciones diarias” y sin que nadie asuma responsabilidades. Millán denunció que con el PSOE “todo acaba en corrupción o negligencia” y que los ministros “son humillados por su presidente”, asegurando que la falta de dimisiones demuestra que “carecen de dignidad y vergüenza”.
Bolaños también respondió a Vox, esta vez con una mezcla de datos y sarcasmo. Defendió que España está siendo observada internacionalmente como ejemplo de crecimiento económico y fortalecimiento del estado del bienestar. Y no dejó pasar la oportunidad de señalar la sintonía entre PP y Vox: “Dicen exactamente lo mismo. Es una pena que el congreso del PP no tenga primarias, porque podrían participar ustedes también”.
Con este cruce de acusaciones, el Congreso vivió una jornada más marcada por el barro político que por el debate sereno. El bloque conservador continúa utilizando filtraciones como arma, mientras el Gobierno se blinda con datos y reformas. La guerra parlamentaria, lejos de apagarse, va camino de incendiar aún más el clima político de cara al verano.