El primer objetivo es proteger la vida. Si en el empeño se cuelga la carrera política o del Gobierno de Pedro Sánchez parece que ahora le importa poco al presidente socialista. Frente a la tormenta que la oposición, con  irresponsabilidad manifiesta, se dedica a volcar día a día sobre el Ejecutivo, Sánchez actúa en una línea recta que pasa por imponer las medidas que la autoridad sanitaria indica, para evitar más contagios y más muertes.

Se diría por sus manifestaciones, que Casado y los suyos -léase el penoso Teodoro García Egea, la no menos lamentable Cayetana Alvarez de Toledo, o la cada vez más absurda Díaz Ayuso- viven en un universo paralelo. Es otro país aquel en que habita el PP, un lugar en que todo sigue como antes y en el que batir al rival político es la prioridad frente a cualquier otra consideración.

Lo escribí en ElPlural no hace muchos días. La diferencia está en la cualidad de hombre de Estado de un político, frente a la frivolidad de otros que pasan y son sustituibles. Probablemente, con Nuñez Feijóo al frente, el PP no estaría dando esta imagen de banalidad que resulta casi un insulto a quienes están sufriendo, a las víctimas y a todos los que trabajan para salvar a los ciudadanos de este país dando más de sí hasta el límite.

Con un mérito añadido: Sánchez basa su acción contra la epidemia en la salvaguarda de las personas física y económicamente. Las medidas de confinamiento ampliado que los médicos consideran indispensables para pasar esta crisis, han ido siempre acompañadas de las garantías económicas para salvar la situación de los trabajadores, dando oxígeno a los empresarios. Pero, además, intentando la acción común con las organizaciones sindicales y empresariales y en conjunto con las Comunidades Autónomas del color que sean.

En paralelo, el presidente pelea con sus homólogos europeos para lograr un acuerdo que permita que el futuro no se vea enturbiado bajo el signo de la recesión. Sánchez está por tanto enfrentado a una batalla titánica con un enemigo fuera que desdice todo aquello para lo que se creó la Unión Europea y que bajo el signo del egoísmo niega la solidaridad entre países que hace falta para salir de esta situación con bien. De otra parte, se encuentra con el mezquino enemigo interno, una oposición que de forma rastrera busca sacar tajada de una situación extrema, mientras la ciudadanía permanece confinada en su domicilio en un ejercicio de solidaridad con aquellos para los que un contagio puede resultar mortal.

Presidente Sánchez, que no le alteren los ruidos que provoca esta gente egoísta y soberbia. Son aves de paso. Para la historia solo quedan los gobernantes que supieron defender a su pueblo.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com

@enricsopena